Lo primero que hay que tener claro es que dejar de pagar un préstamo no es la solución a un problema económico. De hecho, cualquier asesor recomienda que el pago puntual de un préstamo debe ser una prioridad ante los demás gastos mensuales ya que dejar de pagar, lejos de ser una solución, es el principio de mayores deudas y descontrol de nuestras finanzas. Conozcamos qué les suele ocurrir a las personas que dejan de pagar sus deudas:

En primer lugar nos cobrarán intereses de demora

Al dejar de pagar la cuota por primera vez, el banco empezará a aplicar intereses de demora, unos intereses muy superiores a los ordinarios que oscilan entre los 20 y los 35 €. Estos intereses y comisiones se van acumulando a la deuda original de manera que cada mes la bola será más grande. La entidad, por su parte, seguirá reclamando el pago durante un plazo de tiempo.

La reclamación judicial del reembolso del préstamo

A partir del tercer impago, la entidad puede iniciar una reclamación judicial, aunque lo normal es que dejen pasar hasta seis meses. Finalizado este plazo, lo que ocurra dependerá del tipo de crédito contratado y de los bienes que uno posea.

El embargo de bienes por no pagar nuestros préstamos

La persona que contrata un préstamo personal pone como garantía la totalidad de sus bienes presentes y futuros. En caso de impago prolongado,  un juez puede perfectamente embargar estos bienes, incluyendo su casa, su coche, sus cuentas bancarias, parte de su nómina o pensión, etc.

Además, si existen avalistas del préstamo, ellos también pagarán las consecuencias de las deudas pendientes, y no solo si el moroso no tiene bienes. En caso de impago, la entidad puede elegir si se queda con los bienes del titular del préstamo o con los del avalista.

Inclusión en listas de morosos

Y por descontado, al no pagar la persona va directa a RAI, ASNEF o cualquier otra lista de morosos. Recordamos que estas listas con consultables por todas las entidades de crédito, lo que dificultará o imposibilitará la obtención de financiación en el futuro.

Cabe destacar el hecho de que las entidades de crédito y prestamistas privados proceden a apuntar al moroso en estas listas mucho antes que las entidades bancarias, más propensas a negociar una solución de pago.

Varios consejos para evitar impagos en los créditos

Tan pronto como veamos venir que no podremos seguir pagando el crédito y antes del vencimiento del pago, debemos comunicar el problema a la entidad. En general, las entidades de crédito prefieren cobrar, aunque sea una cantidad menor o con retraso, que tener que iniciar reclamaciones judiciales.

Como encontrar una solución beneficia a las dos partes, nos pueden ofrecer varias salidas: refinanciar la deuda, ampliar el plazo, un período de carencia… A pesar de que todas estas soluciones hacen que la deuda total sea más cara, nos pueden ayudar a sobrellevar mejor el mes a mes y evitar consecuencias funestas.

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