Esta semana ha sido una auténtica locura. El viernes pasado, se anunció que un banco estadounidense, el Silicon Valley Bank (SVB), entraba en quiebra por gestionar mal las subidas de tipos de la Reserva Federal (el banco central de los Estados Unidos). Y el miedo a que se produjeran más bancarrotas cruzó el Atlántico y se instaló en los mercados europeos.

A los ciudadanos normales y corrientes, por norma general, estos asuntos macroeconómicos se nos quedan un poco lejos. Sin embargo, en esta ocasión, el miedo a que quiebren bancos europeos afecta de lleno a todas aquellas personas que tienen una hipoteca variable. ¿Por qué? Muy fácil: porque su interés depende de un índice que se llama euríbor, cuyo valor empezó el mes en máximos desde 2008 y se ha desplomado en los últimos días.

Subidón al comenzar marzo… y desplome al quebrar SVB

En realidad, el euríbor lleva más de un año al alza. Para que te hagas una idea, en enero de 2022 cotizaba en mínimos históricos (0,477%). Su valor mensual, sin embargo, se disparó en los meses siguientes: superó el 0% en abril de 2022 (0,013%), el 2% en septiembre (2,629%) y el 3% en diciembre (3,018%). Su último registro, 3,354% en febrero de 2023, es el más alto desde 2008.

Su valor diario (el valor mensual es la media de todos los diarios) empezó el mes de marzo a más del 3,7% y siguió al alza en los días siguientes… hasta que quebró el Silicon Valley Bank. Lo puedes ver en el siguiente gráfico:

El viernes 10 de marzo, que es cuando se anunció la bancarrota de SVB, el valor diario del euríbor empezó a bajar. Y su cotización se desplomó a partir del martes 14. Ese día, se publicó que Credit Suisse atravesaba problemas y empezó a especularse con la posibilidad de que varias entidades europeas tendrían graves problemas si ese banco suizo quebraba.

¿Por qué se ha vuelto loco el euríbor?

¿Y por qué subía tanto a principios de marzo y cotiza tan bajo ahora? El valor del euríbor representa el interés medio que aplican los principales bancos europeos a los préstamos que se conceden entre ellos. Y ese tipo depende, en gran parte, del interés que el Banco Central Europeo (BCE) les aplica cuando les presta dinero: cuanto más alto es, mayor es el registro del euríbor.

Desde mediados del año pasado, el Banco Central Europeo ha ido subiendo su interés para combatir la inflación: del 0% al 3,5%. Es por este motivo que el euríbor cerró febrero al 3,534%, cuando el tipo del supervisor estaba al 3%, y empezó marzo al alza, porque la previsión era que el BCE subiera su interés hasta el 3,5% (que es lo que ha ocurrido).

Al quebrar el Silicon Valley Bank, sin embargo, las entidades europeas pensaron que otros bancos del continente podrían correr la misma suerte y que, para evitarlo, el BCE podría dejar de subir sus tipos. Por este motivo, en los últimos días han aplicado un interés más bajo sobre sus préstamos interbancarios, lo que ha reducido la cotización del euríbor.

¿Qué pasará en los próximos meses?

Ayer mismo, sin embargo, el Banco Central Europeo subió su interés del 3% al 3,5%, tal y como estaba previsto. Es probable, por lo tanto, que el euríbor termine el mes de marzo con un valor cercano al 4%.

Ahora bien, no es fácil predecir qué hará este índice en las próximas semanas o meses, porque todo dependerá de las previsiones que hagan los bancos europeos:

  • Si creen que el Banco Central Europeo dejará de subir sus tipos en sus reuniones de mayo y junio o prevén que los aumentará menos, es probable que el euríbor se estanque o hasta que baje. Si tienes una hipoteca variable que se revisa en los próximos meses, esto te vendría bien, porque tu interés no subirá tanto.
  • Si creen que el Banco Central Europeo subirá sus tipos como estaba previsto en sus reuniones de mayo y junio, es probable que el euríbor siga al alza y que supere el 4% próximamente. Si tu hipoteca es variable y se revisa pronto, esto sería una mala noticia, puesto que te subiría mucho el interés y pasarías a pagar unas cuotas mucho más caras.

Ten en cuenta, además, que el euríbor también podría subir si las entidades creen que existe un riesgo real de que los bancos europeos quiebren. En ese caso, aumentarían los intereses de sus préstamos interbancarios para cubrir ese riesgo y el euríbor se dispararía, que es lo que ocurrió en 2007 y, sobre todo, en la primera mitad de 2008.