A la hora de compartir una cuenta bancaria, conviene en primer lugar establecer cuáles serán las posiciones de las personas vinculadas, pues el rol no será el mismo para todos si existen, por ejemplo, diferencias en cuanto a la estabilidad o salud financiera se refiere. Por eso mismo, los bancos ofrecen a sus clientes un amplia variedad de opciones que permiten establecer los roles y los límites de todos los intervinientes en función de si son titulares o autorizados. ¿Cuál es la diferencia entre ambas posiciones? Te lo contamos en esta entrada.

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¿Cuál es el rol de un titular?

El titular de una cuenta es la parte contratante y, por tanto, es quien tiene todos los derechos sobre los fondos depositados. Se trata de la persona o grupo de personas que firman el contrato de la cuenta y, además de ser el dueño del dinero, es también quien debe responder fiscalmente ante cualquier cuestión relacionada con la cuenta, como Hacienda o deudas.

Como titular de una cuenta, es posible llevar a cabo un tipo de operativa completa que contempla todas y cada una de las acciones que permite una cuenta bancaria, como:

  • Sacar e ingresar dinero de un cajero
  • Realizar o recibir transferencias
  • Domiciliar ingresos y gastos
  • Pagar compras con tarjeta
  • Emitir e ingresar cheques
  • Contratar y vincular otros productos bancarios

¿Qué niveles de titularidad existen?

Cuando una cuenta tiene más de un titular, conviene establecer cuáles serán los roles de poder de cada uno sobre la misma. Según los criterios establecidos por los bancos, podemos dividir la titularidad de una cuenta en los siguientes grupos:

Titularidad indistinta o solidaria

Se trata del rol más común en cuanto a las cuentas compartidas se refiere. Mediante este tipo de titularidad, todos los intervinientes podrán operar con total y absoluta libertad sin requerir el consentimiento del resto de involucrados. Debido a que requiere un grado de confianza absoluta, suelen ser roles enfocados más a cuentas familiares (en especial porque es posible que no todos los miembros aporten el mismo capital).

Titularidad conjunta o mancomunada

A diferencia del tipo de rol anterior, este tipo de titularidad compartida exige la firma y consentimiento de todos los titulares a la hora de llevar a cabo una acción. Debido a esto, se trata de un tipo de titularidad más enfocada a la cuentas de ámbito empresarial o de negocios donde los involucrados pueden decidir qué tipo de gestión se aprueba o no.

¿Y cuál es el rol de un autorizado?

El autorizado en una cuenta, a diferencia de un titular, no dispone de operativa completa y tampoco es dueño del dinero que hay depositado en esta. Por tanto, queda exento de todo tipo de obligación o requerimiento fiscal relacionados con la cuenta y no se vería afectado por embargos.

El autorizado podría entenderse como un invitado en la cuenta con una serie de márgenes decididos por el titular, como por ejemplo:

  • Sacar o ingresar dinero hasta cierta cantidad
  • Permitir el envío de transferencias con límites de dinero (u operaciones)
  • Gestión de cheques (emitirlos o cobrarlos) con límites

La actividad permitida, así como las restricciones, deben indicarse en el momento en el que se nombra al autorizado. Como el margen de maniobra del autorizado es decidido por el titular, cuando este fallece, el autorizado deja de tener poder sobre la cuenta (a no ser que se considere heredero según el testamento).

Conclusión. ¿Cuáles son las diferencias entre ambos roles?

En resumen, estas son las diferencias más destacables entre el rol de los titulares de una cuenta y el rol de las personas autorizadas:

Titular

Autorizado

Es dueño del dinero

No es dueño del dinero

Dispone de operativa completa

Su operativa es limitada

Tiene obligaciones fiscales

No responde ante los embargos o deudas de la cuenta

Puede decidir el rol del resto de intervinientes

No puede tomar decisiones sobre el resto de intervinientes