Imaginemos que necesitamos financiación extra y nos conceden un crédito de 10.000 € a 5 años, con un interés del 10 % TAE. Esto significa que durante 60 meses pagaremos una cuota total del préstamo de 212,47 €, por lo que acabaremos pagando al banco 12.748 €. Pero, ¿qué pasaría si nuestra empresa nos paga un bonus inesperado o ganamos un premio de la lotería de 3.000 euros? Si decidimos utilizar este dinero para amortizar anticipadamente el préstamo que tengamos en vigor, tendremos las siguientes dos opciones.

1. Reducir la cuota del préstamo

Podremos de llegar a un acuerdo con el banco para poder reducir la cuota del préstamo y así podamos pagar menos al mes, lo que quizás nos convenga para poder ahorrar más en nuestro día a día. Si elegimos esta opción significará que seguiremos pagando durante 5 años pero con una cuota menor cada mes:

  • La cuota pasaría de 212,47 € a 148,73 €
  • El total cambiaría de 12.748 € a 11.924 €
  • Por lo que ahorraríamos un 7 %

2. Reducir el plazo del crédito

Igualmente tendremos la opción de hablar con la entidad que gestiona el préstamo para que nos permita reducir su plazo, por lo que mantendríamos aproximadamente la misma cuota pero durante muchos menos meses. Por ejemplo, si aceptan nuestra propuesta podríamos pasar de devolver el préstamo en 5 años a hacerlo en 3:

  • La cuota pasaría de 212,47 € a 225,87 €
  • El total cambiaría de 12.748 € a 11.131 €
  • Por lo que ahorraríamos un 14,5 %

Algunas conclusiones

Después de estos ejemplos, podemos sacar algunas conclusiones sobre si es mejor amortizar anticipadamente los préstamos con una cuota reducida o con plazo más pequeño:

  1. Es mejor reducir plazo del préstamo, ya que puede suponer el doble de ahorro que reducir cuota.
  2. Reducir el plazo del crédito no solo nos permitirá ahorrar dinero, sino también el riesgo de impago. Es decir, evitaremos que posibles imprevistos puedan afectar a la devolución del préstamo que tengamos en vigor como por ejemplo si en los próximos años nos quedamos sin ingresos, cambian las condiciones del banco, etc.
  3. Tendremos que encontrar un equilibrio para no amortizar tanto que nos quedemos sin ahorros para hacer frente a posibles imprevistos o para no pagar tanto al mes que al final acabe ahogándonos el día a día.
  4. Cuanto mayor sea la deuda o mayor sea el capital que podemos adelantar, mayor será el ahorro. Por ejemplo, en las hipotecas el ahorro puede llegar a las 5 cifras.
  5. Si sospechamos que podremos pagar antes del plazo, debemos escoger créditos con comisión de cancelación 0, o amortización anticipada gratuita, como con el Préstamo Naranja de ING, o los minicréditos Kredito24QuéBueno o Pepedinero.com.

Después de conocer las posibilidades que tenemos si conseguimos financiación extra y queremos amortizar anticipadamente la devolución del préstamo que tengamos en vigor, solo nos queda decidir qué nos conviene más teniendo en cuenta nuestro perfil financiero y nuestras prioridades.