Cuando hablamos de las mejores hipotecas flexibles nos referimos a aquellas que cuentan con alguno de los siguientes productos o posibilidades:
- Carencia de capital. Se trata de la posibilidad de establecer un periodo (normalmente al principio) en el que pagar sólo intereses, lo cual permite reducir la cuota considerablemente. Suele permitirse carencia de entre 3 y 60 meses.
- Capital diferido o balloon. Permite aplazar el pago de entre un 20% y un 40% del total de la hipoteca hasta la última cuota. Con ello conseguimos reducir la cuota considerablemente. Una vez llegados al final de la hipoteca, se suele refinanciar el porcentaje restante.
- Aplazamiento de cuotas. Es una opción que permite aplazar el pago de la cuota si tenemos algún apuro financiero. Suele estar limitada en un número determinado de aplazamientos por año.
- Sistema de amortización libre. Es un sistema que permite al usuario organizar libremente cuánto y cuándo pagar su hipoteca. Eso sí, existe un mínimo a amortizar en un plazo determinado.
Esta es una buena opción para personas con ingresos irregulares y que tengan una gran capacidad de organización.
En definitiva, las hipotecas flexibles son especialmente útiles para personas con cierta inestabilidad en sus ingresos o para salir de determinados baches económicos. Recordemos que algunos de estos productos, como la carencia de capital, se pueden negociar en una hipoteca normal si la situación así lo requiere.
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¡Un saludo!