Imaginemos que vamos a un banco en busca de financiación y nos ofrecen un interés determinado, digamos que del 8% TIN, y antes de que abramos la boca, añaden un matiz: si cumplimos una serie de requisitos, el coste del préstamo puede bajar. Actualmente, esas exigencias suelen tener relación con el contrato de vinculaciones extra, ya sean seguros, la apertura de cuentas o acciones similares. Sin embargo, BBVA propone una novedad: a mayor desarrollo digital, menor interés, pero ¿qué significa esa afirmación?

Los préstamos a empresas, la ‘prueba piloto’

Este texto empieza con una palabra clave: imaginemos. Es decir, aún no es algo real, al menos en la forma en la que lo hemos planteado. BBVA ha hecho efectivo un préstamo que permite reducir su tipo de interés a medida que el prestatario alcanza una serie de objetivos digitales. Ese beneficiario no es un particular, sino una empresa. En este caso, una de Singapur: Olam International, una de las compañías agroalimentarias más potentes del mundo.

Por tanto, no se trata de un proceso digitalización bancaria (aunque también), sino de premiar a las empresas que apuestan por acelerar su desarrollo en esta materia. Tal y como indica la información proporcionada por el propio BBVA, a partir de un análisis “se establece una puntuación o calificación digital en base a BCG Digital Acceleration Index (DAI) que se utiliza como factor de ajuste de precio”.

En concreto, y siguiendo los datos proporcionados por el banco, se valoran los siguientes aspectos para reducir el coste de los préstamos: la prioridad de la digitalización en la organización, las iniciativas digitales, el modelo de negocio, la estrategia de marketing, el fomento de la innovación digital y la digitalización de sus operaciones principales.

¿Y quién se encarga de evaluar estos aspectos? Pues en este caso concreto hay un auditor especial: el Boston Consulting Group, una consultora de renombre mundial, ha sido la elegida para llevar a cabo el análisis pertinente.

¿Podría aplicarse a los préstamos a particulares?

No sabemos si esta vía de financiación será exitosa y se extenderá a otras compañías; tampoco si más allá de servir como préstamo digital a empresas acabará siendo una forma más de ofrecer créditos a particulares. En caso de que así fuera, ¿qué tipo de requisitos podría incluir? ¿Cómo se mide el nivel de digitalización de una persona?

Uno de ellos podría ser el uso de la aplicación bancaria para hacer distintas operaciones como transferencias o programar planes de ahorro a través del móvil. También, y más en el plano personal, podría ser el hecho de realizar compras online, solicitar siempre facturas electrónicas en lugar de en papel, etc. No parece que el mercado vaya a traer este tipo de préstamos próximamente, pero tampoco es algo que haya que descartar. De todas formas y siendo previsor, no está de más adaptarse a los tiempos que corren. Si no sirve nos para conseguir préstamos personales con un interés menor, al menos estaremos organizados de forma eficiente.