Un divorcio es una situación compleja para todas las partes involucradas. No solo desde un punto de vista emocional, sino también económico. Es aún más complicado cuando el matrimonio que decide separar sus caminos tiene hijos pequeños y una vivienda en común. En ese punto habrá que decidir quién se queda con la custodia y con la casa. La venta de la vivienda es una de las soluciones que se plantean muchas ex-parejas, pero ¿es posible vender la vivienda familiar tras un divorcio cuando hay menores? En este artículo te lo contamos.

Con niños pequeños la última palabra es del juez

Cuando una pareja decide divorciarse y tiene hijos menores de edad es imprescindible la intervención de un juez. Es él quien asignará quién se queda o cómo se reparte la custodia de los niños. En base a esto, determinará qué miembro de la ex-pareja puede permanecer en la casa.

Habitualmente, la persona que se queda con la custodia es a quien se le atribuye el uso de la vivienda. Si esta es compartida, suele permanecer en el domicilio la persona que tiene menos recursos económicos. Pero todas estas decisiones las tiene que tomar un juez de acuerdo a las circunstancias. Es decir, cuando hay menores de por medio, la autoridad judicial intervendrá para proteger los intereses de los niños.

No obstante, ¿qué pasa si existe una situación límite que obliga a la familia a vender la vivienda a pesar de que existan niños? ¿No es posible vender la casa? Sí, pero habrá que solicitar una modificación de las medidas establecidas en la sentencia de divorcio.

El juez puede autorizar la venta, si no hay perjuicio para el menor

Para poder vender la vivienda tras un divorcio con niños habrá que solicitar autorización al juez. Para lograr que este lo permita es imprescindible que la modificación de las medidas estén lo suficientemente argumentadas. Además, se tendrá que garantizar que la venta de la casa no supone ningún perjuicio para los niños. De lo contrario, la autoridad judicial no permitirá la venta, aún cuando la solicitud se haga de mutuo acuerdo.

De todas formas, si la solución que se plantea la pareja pasa por realizar una compraventa entre ambos y quien se queda con la vivienda es quien tiene la custodia de los niños, es probable que se apruebe. Teóricamente, en ese contexto no habría ningún perjuicio para los derechos del menor. Sin embargo, en este caso sale más a cuenta pedir una extinción de condominio.

Este procedimiento es bastante habitual e implica que una de las dos partes se queda con el 100% de la propiedad a cambio de compensar económicamente al otro. Es una vía más beneficiosa que una venta, ya que no será necesario pagar plusvalía municipal y, en algunos casos, tampoco el IRPF por la operación. O sea, que se evitan dos impuestos que sí habría que pagar por la venta de la vivienda. Eso sí, ya sea una compraventa o una extinción de condominio, la última palabra la tiene el juez.