Un divorcio es una situación compleja, tanto desde un punto de vista emocional como económico. Cada año muchas parejas deciden poner fin a sus matrimonios y resulta común que, a la hora de decidir qué hacer con la vivienda en común, una de las partes se muestre reacio a las posibles soluciones: vender la vivienda tras el divorcio o que uno de los dos se quede con la casa. Pero ¿qué podemos hacer ante esta situación de bloqueo? Si no hay entendimiento, el régimen matrimonial determinará el camino a seguir para resolver el asunto. Lo contamos en este artículo.
Régimen de gananciales: disolución y venta en subasta pública
Un matrimonio en régimen de gananciales es aquel en que las partes comparten la propiedad de todos los bienes a partes iguales desde que se casan. Si la relación no funciona y la pareja decide separarse, será necesario disolver el régimen matrimonial y repartirse las propiedades.
Este se puede realizar ante notario, pero si no hay acuerdo y una de las partes decide obstaculizar todas las posibles soluciones, será necesario iniciar un proceso judicial para disolver el régimen económico del matrimonio. El resultado será que, a falta de consenso, el juez determinará la venta del inmueble en subasta pública. Es decir, esto implica vender el piso a un precio inferior a su valor de mercado.
Separación de bienes: acudir por vía judicial o vender a un proindiviso
Si la pareja está casada en separación de bienes significa que los patrimonios de cada uno están diferenciados. Es decir, cada uno administra sus propiedades sin la autorización del otro. Si existe una vivienda en común, a la hora de separarse solo habría que liquidar la situación de copropiedad.
Esto se puede hacer mediante una extinción de condominio. Este es un procedimiento mediante el cual una de las partes se puede quedar con la vivienda a cambio de compensar económicamente al otro. Pero ¿qué pasa si mi ex se niega tanto a vender como a quedarse con la casa? En este caso también se puede solicitar al juez la división de la cosa común y el resultado será vender el inmueble en subasta pública.
Aunque, también tenemos la opción de vender a un proindiviso. Estas son empresas que nos compran nuestra parte del piso ante notario y luego se encargan de negociar con nuestro ex para comprar la totalidad del inmueble o venderlo de mutuo acuerdo.
Eso sí, hay que tener en cuenta que si optamos por esta solución, el precio que recibiremos será apenas de un 35% o hasta un máximo de 50% del valor de la casa. Además, nuestra ex pareja tendrá por ley derecho a tanteo (igualar la oferta de la empresa) y retracto (anular la operación si no se la comunicamos).
Llegar a un acuerdo: la solución más idónea en todos los casos
La vía judicial, independientemente del tipo de régimen matrimonial que tengamos es larga, compleja y costosa. No solo tendremos que pagar el coste del abogado y el procurador. También, como hemos mencionado, venderemos el piso a precio de subasta. y muy por debajo de su valor de mercado. Si vendemos nuestra parte a un proindiviso también perderemos dinero. Es decir, estas opciones, de una u otra forma, terminarán siendo perjudiciales para el bolsillo de ambos.
En este sentido, llegar a acuerdo supone un ahorro importante y, además, nos brinda tranquilidad, ya que el divorcio, de por sí, puede ser una situación difícil. Pero ¿qué pasa si hemos iniciado el proceso judicial? ¿Existe una manera de evitar vender en subasta pública?
Sí, podemos evitarlo, esta no es en sí obligatoria. Sin embargo, la única forma de hacerlo implica ponerse de acuerdo con la otra parte en vender la casa. Así, de mutuo acuerdo, se puede vender a precio de mercado antes de que se produzca la subasta.
Eso sí, hay que tener en cuenta que si existen hijos menores de edad de por medio la cosa cambia. En este caso, es el juez quien decide a quien le atribuye el uso de la casa o el que, en tal caso, autoriza si el piso se puede vender o no.
Vídeo realizado por HelpMyCash.com
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