Ante una abrupta reducción de sus ingresos, muchos hipotecados se plantean alargar el período de amortización de su préstamo para que las cuotas sean más asequibles. Sin embargo, efectuar una ampliación de hipoteca para devolverla en más tiempo sale más caro a largo plazo y tiene, además, diversos gastos de formalización que deben tenerse en cuenta. En el presente artículo explicaremos por qué un crédito hipotecario es más caro cuando se tarda más en reembolsarlo y cuánto cuesta cambiar sus condiciones.

Se devengarán más intereses tras ampliar la hipoteca

Hay una fórmula que siempre se repite en todos los préstamos: cuanto más largo es el plazo de amortización seleccionado, más bajo es el precio de las cuotas, pero más se acaba pagando al final. Aunque suene contradictorio, el motivo que se esconde tras esta aparente paradoja es muy simple: cuando el período de devolución es prolongado, se devengan intereses durante más tiempo, por lo que habrá que abonar una mayor cantidad de dinero en este concepto.

Veámoslo con un ejemplo: tenemos una hipoteca de 100.000 euros al 1,5 %. Si la reembolsamos en 20 años, la cuota será de 482,55 euros y, al finalizar el plazo, habremos pagado un total de 115.810,74 euros. En cambio, si la devolvemos en 25 años, las mensualidades serán de 399,94 euros y habremos abonado un total de 119.980,68 euros al vencer el contrato, es decir, 4.169,94 euros más.

En consecuencia, tenemos que ser muy cuidadosos a la hora de alargar el plazo de nuestro préstamo, dado que si tardamos más tiempo de la cuenta en devolverlo, acabaremos pagando mucho dinero de más. Así, lo ideal es que ajustemos el período de reembolso para que las cuotas resultantes supongan un 30-35 % de nuestros ingresos.

Gastos asociados a la ampliación de hipoteca

Otro punto a considerar antes de ampliar la hipoteca es el de los gastos de la operación. Para prolongar el período de amortización es necesario formalizar una escritura de novación, cuyo coste debe abonar íntegramente el titular del producto. Además, es posible que el banco nos cobre una comisión. En el listado siguiente vemos cuáles son todos los gastos que podemos llegar a pagar:

  • Comisión por novación: solo tendremos que pagarla si aparece en el contrato de la hipoteca. Si solo modificamos las condiciones del préstamo para ampliar su plazo, la compensación no podrá superar el 0,1 % del capital pendiente.
  • Aranceles notariales y registrales: su coste está regulado y dependerá de lo que nos quede por pagar y de las hojas de la escritura de novación.
  • Honorarios de la gestoría: cada agencia tiene sus propias tarifas, pero lo más habitual es que nos cobren entre 200 y 400 euros.

Si no aprovechamos la operación para aumentar el capital de la hipoteca, no tendremos que tasar nuevamente la vivienda ni pagar el impuesto sobre actos jurídicos documentados.

La carencia, una alternativa a alargar el plazo del préstamo

Pero efectuar una ampliación de hipoteca no es el único modo de evitar un impago en el caso de que nos hayan bajado los ingresos. Por ejemplo, ciertos bancos también ofrecen la opción de pedir una carencia, es decir, de dejar de pagar las cuotas durante un tiempo (carencia total) o abonar solo la parte correspondiente a los intereses (carencia parcial).

No obstante, conviene destacar que esta operación también sale cara a la larga, así que solo debemos llevarla a cabo como un último recurso si no nos vemos capaces de pagar las cuotas de la hipoteca. Asimismo, debemos tener presente que si nuestro contrato no contempla la opción de solicitar un período de carencia, tendremos que negociarla con el banco y efectuar la correspondiente novación, lo que tendrá un coste.

Si quieres saber cuánto te podría costar un préstamo hipotecario con carencia o con un plazo más prolongado, puedes utilizar la siguiente calculadora de hipotecas de HelpMyCash.com: