Como nos han enseñado películas como Salvaje o Rebelde sin causa, montar en moto mola. Pero esa no es la única ventaja de los vehículos de dos ruedas: son más baratos que un coche, permiten una mayor maniobrabilidad, son más fáciles de aparcar y consumen menos combustible. Por todo ello, las motos son perfectas para circular por las ciudades, especialmente por aquellas con mucho tráfico como Madrid o Barcelona.
Si quieres comprar una moto, eso sí, debes tener presente que estos vehículos pueden llegar a costar muchos miles de euros, dependiendo del modelo. Es decir, que si no dispones de un volumen importante de ahorros, necesitarás pedir dinero prestado a una entidad financiera.
Te damos tres trucos que te ayudarán a financiar tu futura moto sin pagar más de la cuenta en intereses, comisiones y otros gastos.
1. Busca préstamos exclusivos para financiar una moto
En primer lugar, te recomendamos pedir financiación a las entidades que conceden préstamos exclusivos para comprar motos. Estos productos son los más adecuados para financiar la operación: tienen un importe adaptado al precio de estos vehículos y su interés suele ser más bajo que el de los préstamos genéricos para proyectos particulares sin definir.
Es posible, sin embargo, que te cueste encontrar financieras de este tipo, pues muy pocas ofrecen créditos exclusivos para comprar una moto. Para que no pierdas tu tiempo en búsquedas infructuosas, ahí van dos entidades que sí conceden préstamos para esta finalidad:
- Younited Credit: su Préstamo Moto te permite conseguir entre 1.000 y 50.000 euros a devolver en un plazo máximo de siete años. Tiene un interés desde el 2,26% TIN (2,99% TAE) y una comisión de apertura de entre el 0% y el 2,19%, dependiendo de tu situación económica.
- Cofidis: con su Préstamo Personal Moto puedes pedir entre 4.000 y 60.000 euros y devolver el dinero hasta en diez años. Su interés es desde el 4,95% TIN (5,06% TAE) y no incluye comisión de apertura.
2. No dejes que el concesionario te “venda la moto” con falsos descuentos
Nuestro segundo consejo es que seas precavido al estudiar la oferta de financiación que te haga el concesionario. Los concesionarios siempre intentarán convencerte para que financies la moto con ellos. Para lograrlo, es más que probable que te rebajen el precio del vehículo si aceptas su propuesta.
Ese descuento, sin embargo, tiene truco: las condiciones de los concesionarios suelen ser peores que las que ofrecen las entidades financieras independientes. Es decir, que si aceptas su propuesta, puede que pagues más en intereses y comisiones de lo que te ahorrarás con la rebaja. Por este motivo, te recomendamos hacer números para comprobar si el descuento sale realmente a cuenta.
¡Atención! Estos descuentos suelen caducar si cancelas el préstamo durante los primeros dos años del plazo. Si saldas la deuda antes de que transcurra ese tiempo, tendrás que devolver el dinero que te hayan rebajado.
3. Compara préstamos moto con créditos genéricos
También te aconsejamos acudir a las entidades que no conceden préstamos exclusivos para financiar una moto. Los créditos genéricos suelen ser más caros que los específicos para finalidades concretas, pero siempre hay excepciones. Por ejemplo, el Préstamo Personal de Bank Norwegian es muy barato: tiene un interés desde el 5,99% TIN (6,13% TAE), no incluye comisión de apertura y te permite conseguir hasta 50.000 euros a devolver en un máximo de diez años.
El último paso que tendrás que dar es comparar las condiciones de todas las ofertas recibidas: de los préstamos exclusivos para comprar una moto, de la financiación del concesionario y de los créditos genéricos que hayas pedido. Así, podrás identificar a la entidad que financiará tu moto al mejor precio y podrás negociar con las otras financieras para ver si están dispuestas a hacerte una contraoferta.
En nuestra página sobre comparar préstamos te explicamos en qué debes fijarte para saber qué crédito es el más barato.
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