La llegada del coronavirus impulsó la digitalización del mercado inmobiliario. En efecto, tras las distintas reducciones en la movilidad a las que nos hemos enfrentado (y continuamos enfrentándonos) durante 2020 y 2021, los propietarios se vieron obligados a reinventarse para enseñar el piso en venta a pesar de las dificultades. En este contexto, miles de anuncios comenzaron a incorporar una nueva herramienta: los tours virtuales. Pero ¿qué son exactamente?, ¿cuánto cuestan?, ¿cómo pueden ayudarnos a vender nuestra casa? ¡Aquí te lo contamos!
¿Qué son los tours virtuales y cuánto cuestan?
Desde el punto de vista técnico, un tour virtual es una herramienta que une distintas fotografías de la propiedad, tomadas en 360º, y simula de una manera muy precisa la imagen de la vivienda.
Ahora bien, en la práctica, nos permite recorrer la propiedad en venta del mismo modo que lo haríamos in situ. Así, podemos desplazarnos con el ratón por los diferentes salones, recorrer el jardín, los baños, las habitaciones y en algunos casos hasta podemos medir las dimensiones de las paredes y los muebles. También nos permite movernos entre plantas si fuera necesario y tener una versión bidimensional de la vivienda, lo que simula un plano de la propiedad, para tener una visión panorámica.
Algunas agencias inmobiliarias incluyen en sus servicios esta herramienta, que cada vez gana más adeptos. Pero, además, algunos portales inmobiliarios ofrecen tours virtuales a sus usuarios por diferentes precios. En Idealista, por ejemplo, el coste es de 199 euros. Kasaz, por su parte, dispone de este servicio por un coste de 175 euros.
Descubre cómo preparar la vivienda
antes de grabar la visita virtual
¿Cómo pueden ayudarnos a vender nuestra casa?
Los tours virtuales no son, todavía, sustitutos de las visitas presenciales. Sin embargo, nos pueden ayudar a vender el piso por dos motivos fundamentales:
El primero se refiere a que funcionan como un filtro de compradores. Contar con una imagen de nuestro piso tan realista permite que se acerquen a visitarlo presencialmente solo aquellos que tengan un interés genuino en adquirir la vivienda. Así, podemos ahorrar mucho tiempo y esfuerzo al momento de enseñar la casa en venta.
El segundo motivo, en cambio, está relacionado con los compradores extranjeros. Gracias a esta herramienta, los inversores pueden ver la propiedad desde cualquier lugar del mundo. De este modo, se desplazan hacia nuestro país con una idea mucho más precisa de la vivienda y una decisión de compra prácticamente tomada.
En ocasiones, hasta pueden firmar las arras a distancia y presentarse directamente para firmar la escritura de compraventa. Esta última opción, sin embargo, no es la más habitual, porque existen una serie de factores que solo pueden verificarse in situ: el barrio, las zonas comunes y el correcto funcionamiento de las instalaciones son algunas de ellas.
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