Según un estudio de Solvia, más del 65% de las operaciones de compraventa de viviendas en España son intermediadas. Es habitual acudir a una inmobiliaria para que nos gestione la venta de nuestra casa. Bien sea porque no tenemos tiempo para hacer los trámites o porque simplemente preferimos dejar en manos de un profesional una transacción tan importante. Pero muchas veces ocurre que cuando contactamos con alguna agencia, esta nos pide firmar un contrato de exclusividad. Entonces nos preguntamos ¿de qué va esto de la exclusiva? ¿realmente me beneficia? En este artículo intentamos dar con la respuesta.
¿En qué consiste la exclusividad inmobiliaria?
La exclusiva significa que, si le damos la venta de nuestra casa a una inmobiliaria, esta será la única autorizada para promocionar y cerrar la operación con un comprador. Dicho de otra forma, implica “casarnos” con la agencia durante un tiempo determinado.
Este compromiso se rige mediante un contrato firmado entre ambas partes, que contiene todos los términos de la relación de intermediación, como por ejemplo:
- Precio de la vivienda
- Porcentaje de comisión de la inmobiliaria
- Plazo de la exclusividad
- Detalle del servicio que se está suscribiendo
Las agencias alegan que utilizan esta modalidad para evitar que los vendedores, una vez que la inmobiliaria ha encontrado un comprador, intenten cerrar directamente el negocio para no pagar la comisión de la inmobiliaria. Esta última suele estar entre un 3% y un 5% del precio de venta.
Con esto, buscan proteger el tiempo, las acciones y los recursos que han invertido en la captación de ese comprador y no “trabajar de gratis”.
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¿Vale la pena vender con una agencia en exclusiva?
Todo depende del grado de profesionalidad de la inmobiliaria. Por esto es importante asegurarnos, antes de firmar cualquier compromiso, de que es fiable.
Para ello, podemos pedir referencias a otros clientes que hayan trabajado con la agencia, verificar credenciales o si pertenece a asociaciones de profesionales e investigar las opiniones que existen sobre ella en Internet.
Teóricamente, con la exclusiva la inmobiliaria se compromete a promocionar activa y masivamente la venta del piso en los portales inmobiliarios y en todos los medios que dispone para lograr que la operación se cierre en el menor tiempo posible. Y con ello, nosotros estamos obligados a pagar por el servicio recibido, una vez que se concrete la compraventa.
La ventaja de esto es que, como en todo acto contractual, los términos de la relación quedan definidos y claros, brindando seguridad a ambas partes. La desventaja es que nos vemos atados a un solo mediador, pero si estamos tratando con profesionales, podemos tener la certeza de que están dedicando sus mejores esfuerzos. En este sentido, la cláusula no debería ser un problema.
En el caso de encontrarnos en la situación de querer trabajar con una inmobiliaria que nos pide exclusiva, lo recomendable es acordar un plazo de duración prudencial, que no exceda los tres meses. De esta forma, si pasado el periodo no estamos satisfechos con el servicio podemos cambiarnos de agencia o vender el piso por nuestra cuenta.
La inmobiliaria no vende ¿puedo liberarme de la exclusiva antes del vencimiento del plazo y contratar otra agencia?
No. Recientemente el Tribunal Supremo ha dictado en sentencia del 10 de mayo de 2019, que las cláusulas de exclusividad suscritas entre particulares e inmobiliarias en la compraventa de viviendas deben cumplirse. Si nos hemos comprometido con una, no podemos vender con otra.
No obstante, las inmobiliarias deben cumplir con una serie de obligaciones. Una de ellas es especificar de manera clara, sencilla y comprensible los términos de la intermediación en el contrato, para no dar lugar a diversas interpretaciones. Además, deben comprometerse a desarrollar una intensa actividad para promover y facilitar la venta.
Por otro lado, los propietarios estamos obligados a respetar el contrato firmado durante el tiempo pactado. De lo contrario, podríamos vernos obligados a compensar a la agencia, pagando por igual los honorarios.
En el caso de no encontrarnos a gusto con el trabajo de nuestra agencia, podríamos intentar hablar con ella y re-negociar los términos de la intermediación o simplemente esperar a que venza la exclusiva para cambiarnos.
En definitiva, si estamos tratando con profesionales, la exclusividad inmobiliaria no debería ser un problema. Lo recomendable es comparar entre diversas agencias para escoger una con experiencia contrastada y pactar con ella para que la exclusiva no exceda de los tres meses.
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