A algunos les ha ocurrido al independizarse y a otros al cambiarse de domicilio. Más aún en una época en la que los precios por alquilar un piso están especialmente altos: según Fotocasa, el coste medio del metro cuadrado en España es de 9,14 euros. Eso sí, en las grandes urbes este precio crece sustancialmente. En Madrid, por ejemplo, llega a los 13,76 euros de media. Y no es solo el pago mensual por el alquiler: la fianza, los honorarios de la inmobiliaria y el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales son otros costes que hay que pagar para mudarse y que, en algunos casos, pueden llevarnos a solicitar un préstamo personal para facilitar el cambio de casa.

¿Por qué iba a necesitar un préstamo personal?

Supongamos que el mes que viene vamos a mudarnos a un piso de 90 metros cuadrados. Tomemos como referencia el precio medio en España que hemos comentado anteriormente. El precio mensual por el alquiler del piso sería de 822,60 euros. A esta cantidad debemos sumarle tres conceptos más:

  1. La fianza de dos meses adicionales
  2. El coste de la intermediación de la inmobiliaria (suele ser equivalente a una mensualidad del alquiler)
  3. El Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (su coste variará en función de la duración del contrato y el coste anual del alquiler)

Haciendo un cálculo aproximado y teniendo en cuenta los distintos elementos que hemos comentado, iniciar nuestra nueva vida supondría un desembolso de cerca de 3.900 euros. A ello podrían sumarse los gastos de la mudanza o de amueblar el piso nuevo.

Debemos tener en cuenta que esa cifra pertenece a la media nacional. Si tomamos como referencia las ciudades más caras (Madrid y Barcelona), el coste podría crecer hasta casi los 6.000 euros, tal y como vemos en la imagen que precede a este párrafo.

Lo ideal, como siempre que se nos presenta la necesidad de gastar un dinero importante, es afrontarlo mediante nuestros ahorros. Sin embargo, hay veces que eso no es posible. Ya sea porque el importe a pagar es muy alto, porque nuestros ahorros son insuficientes o porque simplemente preferimos pagarlo poco a poco, en ocasiones es necesario solicitar un préstamo personal.

Las precauciones a tomar cuando pedimos un crédito

Eso sí, tampoco podemos decidirnos sin antes valorar cuál es nuestra situación y tener en mente la responsabilidad que supone pedir un préstamo personal. En primer lugar, debemos utilizar la financiación para pagar esos extra que nos trae la mudanza: la fianza, los gastos de nuevos muebles, etc. Es decir, gastos puntuales y urgentes. No podemos solicitar un préstamo para pagar el alquiler mensual, un coste que va a ser periódico.

En segundo lugar, debemos valorar cuáles son las mejores ofertas del mercado. De hecho, hay entidades que disponen de préstamos destinados a esta finalidad y que pueden tener unas condiciones atractivas. En todo caso, la vía de los préstamos personales siempre será más recomendada que la de las tarjetas de crédito: mientras estas se mueven en unos intereses superiores al 20% TAE, los primeros se encuentran en torno al 8,50%, una diferencia que, a la larga, supone un ahorro de dinero importante.

Incluso podemos encontrar créditos muy por debajo de esa cifra. Con el Préstamo Personal de Cetelem, por ejemplo, podemos pedir desde 4.000 hasta 60.000 euros a un interés que parte del 5,95% TIN.