Aunque nos encantaría componer una chirigota para quitarle hierro al asunto, la realidad es que firmar una novación con el banco es un proceso mucho más formal. Con la bajada de los tipos de interés, tanto en las hipotecas fijas como en las variables, son muchos clientes los que se plantean mejorar las condiciones de su contrato. Para lograrlo, el desfile más recomendado es la negociación directa con nuestro prestamista. A continuación contaremos qué podemos cambiar y cuánto tendremos que pagar por ello.

Novación es negociación, en el mundo entero

Aunque la novación no es un baile fácil, conseguir un acuerdo con nuestro banco podría ser muy beneficioso. Estos son los diferentes escenarios en los que nos podría interesar esta operación:

  • Si creemos que nuestro perfil financiero nos lo permite, podríamos desenmascarar nuestras peticiones y negociar con el banco un tipo de interés más bajo, una reducción de la vinculación y de las comisiones o la eliminación de garantías y/o titulares.
  • Por otra parte, conseguir una ampliación de capital también podría ser motivo de pacto con nuestra entidad. Por ejemplo, podríamos necesitar una ayuda para reformar nuestra casa.
  • Por último, sentarnos a tiempo con nuestro prestamista para solicitar una ampliación del plazo o una reunificación de deudas podría evitar un impago y en última instancia el embargo.

¡RECUERDA! En el caso de que nuestro banco no aceptara una novación, siempre nos quedaría la subrogación. Como última opción, podríamos pedir una nueva hipoteca.

El ‘brilli brilli’ no es gratis

Dicen que para presumir hay que sufrir y, como era de esperar, cambiar las condiciones de nuestra hipoteca no nos saldrá gratis. Si queremos renegociar nuestro préstamo, esto es lo que deberemos pagar en concepto de gastos de novación:

  • Comisión por novación. Siempre y cuando figure en nuestro contrato, el banco podrá cobrarnos una comisión que generalmente oscila entre el 0,1% y 1% del capital pendiente en el momento del cambio. Eso sí, si modificáramos únicamente el plazo, este recargo no podría superar el 0,1% y si nos pasáramos del interés variable al tipo fijo, esta comisión no podría superar el 0,15% durante los primeros tres años y después sería gratis.
  • La notaría. Este concepto suele rondar entre el 0,2% y el 0,5% del capital que quede por pagar, aunque como clientes solo deberemos abonar el 50%.
  • El registro. Este servicio suele costar más o menos la mitad que la notaría.
  • La gestoría. Los honorarios de estos profesionales no están regulados por ley, pero la tarifa general suele variar entre los 200 y los 400 euros.

Además, si el banco nos lo pide, tendríamos que pagar la tasación del inmueble o entregar una en vigor con menos de seis meses de antigüedad.

Ejemplo práctico: gastos de novación

Supongamos que tenemos una hipoteca con un capital pendiente de 100.000 euros y que hemos conseguido renegociar las condiciones para reducir el tipo de interés. Este es el coste que tendríamos que afrontar:

Concepto Coste
Comisión por novación del 0,5% 500€
Notaría 150€
Registro 150€
Gestoría 250€
COSTE TOTAL 1.050€

¡RECUERDA! Si tan solo quisiéramos renegociar una parte poco relevante de nuestra hipoteca, podríamos intentar formalizar el cambio a través de un pacto privado. Este atajo nos ahorraría una parte de los gastos asociados a la novación, porque no habría que firmarlo ante notario ni inscribirlo.