Todos sabemos que contratar una hipoteca implica contraer una gran deuda que tardaremos décadas en devolver. Sin embargo, eso no significa que no podamos ahorrarnos algo de dinero en la propia firma o a lo largo de la vida del producto. Ahí van algunos consejos que nos ayudarán a evitar gastos adicionales y a pagar un poco menos por financiar la compra de nuestra nueva vivienda.

1. Cuidado con los asteriscos que haya al lado del interés

Si queremos pagar menos por nuestro crédito hipotecario, lo lógico es que busquemos a un banco que nos aplique un interés bajo, pues así las cuotas serán más baratas. No obstante, es posible que ese tipo reducido solo pueda conseguirse a cambio de contratar otros productos de la entidad: seguros, tarjetas, planes de pensiones, cuentas, etc.

Estos servicios adicionales, llamados productos combinados, pueden costarnos dinero. Por lo tanto, tenemos que hacer números para ver si su precio nos compensa la rebaja practicada sobre el interés. Asimismo, tenemos que valorar si estamos dispuestos a mantenerlos contratados durante décadas para poder mantener el tipo rebajado.

En caso de que prefiramos no atarnos al banco de esta manera, podemos pedir la hipoteca a otras entidades que no nos exijan firmar esos productos vinculados. Quizás nos apliquen un interés más alto, pero puede que a la larga paguemos menos. Entre la banca online encontraremos varias firmas que no nos pedirán contratar otros servicios: Coinc, Pibank, Hipotecas.com

2. Contrata una hipoteca sin comisión de apertura

Otro gasto que podemos evitar es la comisión de apertura, que es un cargo que se cobra al firmar el préstamo hipotecario. Es cierto que muchos bancos ya no la aplican, pero aún hay algunos que la incluyen en la letra pequeña de sus ofertas. De media, suele costar entre el 0,5% y el 1,5% del importe de la hipoteca.

Pongamos, por ejemplo, que queremos contratar una hipoteca de 150.000 euros. Si esta tiene comisión de apertura, nos podría costar entre 750 y 2.250 euros, que tendríamos que ingresar en una provisión de fondos unos días antes de firmar la escritura. Como vemos, evitar este cargo nos puede ahorrar una buena suma de dinero.

Y ya puestos, también es aconsejable pedir financiación a un banco que no nos cobre comisiones por amortización anticipada (por pagar la hipoteca por adelantado), por novación (por cambiar las condiciones) o por subrogación (por trasladar el crédito hipotecario a otra entidad).

3. No tardes más de la cuenta en devolver tu préstamo hipotecario

Para terminar, es importante pensar en lo que pagaremos a lo largo de toda la vida de la hipoteca. Cuanto más tiempo pase, más intereses se generarán, así que más caro nos saldrá el crédito en total. Por ello, es aconsejable no pedir un plazo innecesariamente prolongado, aunque eso eleve un poco el importe de las mensualidades.

Ahora bien, tampoco tenemos que pasarnos, pues un plazo corto implica también pagar unas cuotas más caras. Lo ideal es que elijamos un período de reembolso que no sea más largo de la cuenta y que, a la vez, nos permita abonar unas mensualidades relativamente asequibles. En ese sentido, el importe de las cuotas (sumando también las de otros créditos que tengamos) no debería superar el 35% de nuestros ingresos mensuales netos.

Y si nos lo podemos permitir, también es recomendable devolver por adelantado una parte de la hipoteca en cuanto tengamos la ocasión, especialmente durante los primeros años del plazo. En estos casos, lo mejor es usar este pago anticipado para acortar el plazo y ahorrar todavía más en intereses.

¿Quieres más consejos? Los encontrarás en nuestra guía hipotecaria gratuita: