Existen muchos motivos para que un propietario decida vender su piso alquilado. Puede ser porque necesite liquidez inmediata o porque crea que es un buen momento de sacarse un buen dinerito con la venta. Lo cierto es que esta transacción suele generar mucha inquietud, tanto para el vendedor como para el inquilino. Es natural que surja la duda, ¿se puede vender un piso con inquilino? La respuesta es afirmativa, pero hay ciertos factores que se deben considerar para que la cosa no se complique. 

3 cosas que tienes que saber para vender un piso alquilado

Es totalmente legal vender una casa con inquilino. Sin embargo, hay una serie de aspectos que tienes que tener en cuenta para evitar posibles reclamaciones de tu inquilino o un potencial comprador:

El inquilino tiene prioridad de compra, salvo que el contrato de alquiler diga lo contrario

El inquilino tiene derecho preferente de comprar la vivienda, según lo estipulado por Ley de Arrendamientos Urbanos.

El vendedor debe establecer el precio y las condiciones de venta y comunicarlas al inquilino, para que este puede decidir si comprar o no en un lapso de 30 días naturales. Pasado este tiempo, si el inquilino no contesta o rechaza la oferta, el vendedor tiene el camino libre para vender el piso a otra persona.

Si el vendedor no ha comunicado al inquilino su intención de vender y le ha vendido la propiedad a otro, este podría reclamar y hacer uso del derecho de retracto, en un plazo de 30 días naturales desde que ha recibido la notificación de que el piso se ha vendido.

Pero, si  el contrato de arrendamiento contiene una cláusula que especifica que el inquilino renuncia a este derecho, el dueño del piso puede vender sin problemas a un tercero. En este caso, también tendrá que comunicar la venta al inquilino con 30 días de anticipación, para que la persona arrendada pueda mudarse de la vivienda.

Si el contrato de alquiler está inscrito en el Registro de la Propiedad, el inquilino puede seguir en el piso

Si el inquilino no ha ejercido el derecho preferente de compra, bien sea porque no tenía los medios para comprar el piso, figuraba el rechazo en el contrato o porque no le interesaba y su contrato de alquiler consta inscrito en el Registro de la Propiedad, el piso se podrá vender pero el inquilino puede seguir viviendo en el piso.

El nuevo dueño no podrá echar al inquilino y se verá obligado a darle continuidad al contrato de alquiler hasta su vencimiento.

Esto resulta muy beneficioso para alguien que quiere comprar un piso para invertir y obtener ganancias, ya que el piso le estaría generando rentabilidad inmediata, al cobrar un alquiler desde el momento en que firma el contrato de compraventa ante notario.

Pero, para alguien que quiere comprar la casa para vivir, esto sería un inconveniente, ya que si el contrato se vence en un plazo muy lejano, la compra de esta vivienda no es una opción viable.

En este sentido, el vendedor está en la obligación de notificar a su potencial comprador la situación en que se encuentra la casa. Preferiblemente, antes de firmar el contrato de arras para vender el piso y recibir algún anticipo de dinero en señal de reserva. Porque esto puede suponer una pérdida de tiempo para ambas partes y de dinero para el vendedor, al tener que devolver las arras por duplicado por incumplimiento de contrato.

Si el contrato de alquiler no está inscrito en el Registro de la Propiedad, la venta solo depende de ti

En este caso, el dueño del piso tiene total libertad para vender su casa alquilada y el inquilino tendrá que abandonar el piso en un lapso de tres meses. El nuevo dueño de la vivienda estaría en el pleno derecho de finalizar el contrato de alquiler de manera anticipada.

 

No obstante, si al nuevo propietario le interesa, el contrato de alquiler se podría continuar por un pacto entre las partes. Para esto, se puede incluir una cláusula en el contrato de compraventa que indique que se respetará el contrato de arrendamiento existente hasta su vencimiento.

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