Muchos son los motivos que nos pueden llevar a querer cambiar la hipoteca de banco: falta de acuerdo con nuestra entidad, desencanto con su gestión o, simplemente, haber encontrado una mejor oferta que nos permita ahorrar. Sin embargo, subrogar el préstamo hipotecario no nos permite hacer todas las modificaciones que queramos en nuestro contrato. A continuación, explicamos qué podemos cambiar y qué no si nos vamos a otra entidad y cuáles son las mejores ofertas para hacerlo.

Las mejores opciones para subrogar tu hipoteca

Modifica tu interés y deshazte de cargos extra al subrogar la hipoteca

Las ventajas de cambiar la hipoteca de banco son numerosas y pueden ir relacionadas con diferentes aspectos de la escritura. De hecho, solo respecto al interés, encontramos varias modificaciones posibles:

  • Rebajar el tipo aplicado: subrogar nuestra hipoteca nos permitirá rebajar el interés que se aplica a nuestro contrato, algo especialmente si firmamos hace unos diez años, cuando los préstamos hipotecarios eran mucho más caros.
  • Cambiar el índice de referencia: si tenemos una hipoteca variable referenciada a IRPH y nuestro banco no nos la quiere cambiar a euríbor, podemos probar suerte en otra entidad.
  • Pasarnos a una hipoteca a tipo fijo: si lo que queremos hacer es huir de las fluctuaciones de los índices de referencia y pasar a tener una cuota fija, aprovechando que ahora estos productos ofrecen tipos muy atractivos, podremos hacerlo al cambiar de banco.

Además, al subrogar nuestra hipoteca también podremos eliminar o modificar otros aspectos que pueden encarecer nuestro préstamo hipotecario como son las comisiones o los productos vinculados.

Cambiar la hipoteca de banco no permite modificar los titulares ni el plazo

Pese a que los puntos que podemos cambiar al subrogar la hipoteca son muchos y muy atractivos, hay ciertos cambios que no son posibles con esta operación:

  • Cambiar los titulares: subrogar la hipoteca no permite añadir ni quitar titulares, por lo que si este es el único objetivo de la operación, deberemos pactar una novación o bien cancelar el préstamo hipotecario y abrir uno nuevo, en la entidad que queramos.
  • Modificar el plazo: alargar el plazo para tener cuotas más bajas tampoco es un cambio que se pueda hacer mediante la subrogación, por lo que también tendremos que acordarlo con nuestra actual entidad y conseguir que nos modifiquen el contrato sin cambiar de banco.

Como vemos, en ambos casos, la novación es la opción más viable, pero cabe recordar que no es de obligada aceptación para el banco, por lo que nos tocará negociar y llegar a un acuerdo.

Cuánto cuesta una subrogación y en qué casos sale a cuenta

Subrogar la hipoteca implica asumir una serie de gastos, por lo que la operación solo se considera rentable si con el ahorro conseguido, recuperamos el dinero invertido en hacerla en el plazo de dos o tres años. Estas son las partidas que deberemos afrontar al cambiar de entidad:

  • Comisión de subrogación: si nuestro contrato la incluye y nuestra hipoteca no es muy antigua, se nos aplicará una penalización del 0,5 % si nos cambiamos de banco en los primeros cinco años de vida del préstamo hipotecario o del 0,25 % si lo hacemos después.
  • Notaría: normalmente el coste suele ser de entre el 0,2 % y el 0,5 % del capital pendiente.
  • Gestoría: aunque no está regulado por ley, suele costar entre 200 y 400 euros.
  • Registro de la propiedad: inscribir la nueva escritura suele costar menos de 100 euros.
  • Tasación: al subrogar la hipoteca deberemos volver a tasar nuestra vivienda, lo que nos costará unos 300 euros.

En algún caso excepcional, la entidad a la que nos cambiemos también nos puede cobrar una comisión de apertura, aunque no es algo habitual.

Si estamos pensando llevarnos la hipoteca a otro banco, podemos consultar la guía gratuita de HelpMyCash.com Cómo subrogar tu hipoteca donde se detallan todos los pormenores de esta operación.