Puede que el título de este artículo sea algo atrevido. En realidad, retirar efectivo de un cajero tiene poco peligro: el porcentaje de veces que ocurre algún problema relacionado con la seguridad es ínfimo. Pero eso no quita que, si somos los perjudicados, nos cojamos un buen cabreo. Además, evitar que esas situaciones se den es bastante sencillo, así que si no queremos pasar por ellas, cuando utilicemos nuestra tarjeta de débito en el cajero debemos tomar una serie de precauciones para evitar ser víctimas de las técnicas fraudulentas más comunes.
Amenazas en la retirada de efectivo de tu tarjeta de débito
Como más vale prevenir que curar, antes de saber qué hacer hay que saber cómo nos pueden estafar.
La sofisticada
Una de las tretas más habituales es la del skimming, que aunque tenga un nombre inglés, es bastante sencilla de entender: esta técnica se basa en colocar un grabador de bandas magnéticas en la ranura por donde metemos las tarjetas y sustituir el teclado por uno falso para conseguir nuestro pin. De esta forma pueden clonar la tarjeta de débito y usarla de forma fraudulenta.
Por suerte, reconocer esta artimaña es sencillo. Si movemos ligeramente la ranura de entrada de la tarjeta y el teclado, podemos percatarnos si los han manipulado o si son los originales. Si sospechamos de ello, es mejor buscar otro cajero en el que sacar dinero.
La simple
Otra posible situación que podemos encontrarnos, esta ya mucho más simple, es que alguien haya colocado un poco de silicona en el hueco por el que sale el dinero, impidiendo su salida. Los ladrones, a la espera de que nos rindamos y nos marchemos, quitarán después la silicona para quedarse con el dinero.
¿Cómo evitar que esto ocurra? Si no tenemos tiempo de preverlo porque ya hemos realizado la operación y nuestro dinero no aparece, no debemos abandonar el cajero. Tenemos que llamar al número de atención al cliente que estará indiciado en la misma máquina y comprobar si hay algo que obstruya la salida del dinero.
La del colaborador
El último intento de robo que repasamos es el del buen samaritano. Es poco habitual, pero puede ocurrir: la tarjeta no sale de la ranura, alguien viene a ofrecernos ayuda y nos pedirá que pongamos el código pin con la excusa de que así se desbloqueará la tarjeta. Al marcharnos, el ladrón recuperará la tarjeta, ya que él mismo ha sido quien ha colado un dispositivo que la retiene dentro de la ranura. De esta forma, se la quedan y, además, tienen nuestro pin.
Para evitarlo, taparemos siempre el teclado cuando introduzcamos nuestro código secreto y no haremos caso de desconocidos que se dirijan a nosotros cuando utilizamos un cajero.
Las estafas más típicas
Estas tres son las técnicas más empleadas por los ladrones para robar en cajeros automáticos. ¿Por qué? De esta manera pueden conseguir su objetivo sin sustraer la tarjeta de débito, por tanto, el usuario no la cancela al momento que se da cuenta de su desaparición y estos pueden aprovecharlo para ir cargando gastos. De nosotros depende evitar que esto ocurra haciendo las comprobaciones previas correspondientes o reaccionando rápidamente.
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