¿Somos plenamente conscientes de todas las cuentas que tenemos abiertas actualmente? ¿Qué hay de aquella cuenta que abrimos en la época de la universidad para ingresar la beca? ¿Y la cuenta asociada al carnet joven que nos hacía descuentos en el cine? Mantener todas las cuentas bancarias al día es imprescindible para evitar sustos en un futuro. Una cuenta descuidada en un banco, aunque no tenga dinero, a la larga puede costarnos muy cara, sin embargo aquí descubrirás que hay consecuencias que pueden ser todavía peores.
La cuenta puede acumular comisiones y entrar en descubierto
Imaginemos que tenemos una cuenta bancaria abierta en un banco cualquiera para un motivo determinado. Pasa el tiempo y ya no la necesitamos. Como se trata de una cuenta sin comisiones nos despreocupamos y no nos molestamos en cerrarla. Pero unos meses o años después el banco nos alerta de que dicho producto ha entrado en descubierto bancario y está en números rojos. ¿Qué ha pasado?
Lo cierto es que este relato sucede con más frecuenta de la que creemos. Una cuenta corriente es un producto cuyas condiciones pueden ser modificadas por la entidad en cualquier momento. Es decir, el banco podría comenzar a aplicarnos comisiones porque así lo considera. La única protección que tenemos en ese caso es el tiempo de antelación que la entidad está obligada a cumplir antes de aplicar los nuevos cambios, estipulado en dos meses.
Lo más habitual es que no nos enteremos de que se ha producido este cambio en la cuenta y que tengamos que buscar un modo de librarnos de esta comisión por descubierto, que puede superar fácilmente los 50 euros.
Si pasan 20 años, Hacienda se quedará el dinero de la cuenta
Pero además de tener que pagar comisiones, si el abandono de la cuenta se prolonga durante 20 años, el dinero pasará a manos del Estado. Aunque no lo parezca, la cantidad de dinero que cada año queda olvidado en las huchas de las entidades es considerable. Por ejemplo en 2016 la cifra superó los 20 millones de euros.
La mayoría de estas cuentas proceden de personas que han fallecido sin descencencia ni testamento o de emigrantes o extranjeros que partieron de España sin cerrar las cuentas que tenían en el banco.
En cuanto a la destinación de los fondos, no es inmediata. El banco está obligado a ponerse en contacto con el propietario de la cuenta. Si no hay respuesta, el siguiente paso será la publicación en el BOE (Boletín oficial del Estado) del cambio de titularidad y abrir un plazo de reclamación para ver si el titular se da por aludido.
Lo más fácil: cancelar las cuentas bancarias que no usemos
Teniendo en cuenta las consecuencias que pueden conllevar dejar una cuenta abandonada, lo mejor es siempre cancelar la cuenta bancaria que no empleemos, aunque no tengamos dinero en ella.
El proceso de cerrar una cuenta a veces suscita muchas dudas y, lo cierto, es que no hacerlo de la forma correcta puede hacer que no la hayamos cancelado del todo y a la larga el banco nos acabe cobrando igual. Por eso, a continuación dejamos un vídeo breve y explicativo en el que aparecen consejos para hacer el trámite de la forma adecuada.
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