La inflación en España ya se sitúa en el 10,5%, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística. Es decir, que los servicios y productos te cuestan ahora un 10,5% más que hace un año. Como ya habrás notado, tus gastos se comen ahora una mayor porción de tus ingresos, lo que te resta capacidad para financiar nuevos proyectos como comprar un coche o pagarte un máster (tienes menos dinero para pagar las cuotas de un préstamo).
Dada la actual situación, si te planteas financiar cualquier proyecto, es más importante que nunca calcular cuánto te costará el préstamo antes de contratarlo. Al conocer de antemano el importe de sus mensualidades, podrás valorar si cobras lo suficiente para pagarlas y si tienes capacidad para seguir abonándolas en caso de que te sorprenda cualquier imprevisto económico.
Pero ¿cuántos ingresos es aconsejable dedicar al pago de un crédito? Nuestro consejo es que apliques la regla del 35%, que es la ratio máxima de endeudamiento recomendada por el Banco de España. En este artículo te explicamos cómo funciona esta fórmula y cómo aplicarla para saber si puedes permitirte pedir un préstamo.
Cómo calcular si puedes pagar un préstamo con tus ingresos
La regla del 35% es muy sencilla: no debes dedicar más del 35% de tus ingresos mensuales netos al pago de las cuotas de tus deudas financieras. Es decir, que el importe conjunto de las cuotas mensuales de todos tus créditos (la hipoteca, la tarjeta de crédito, el préstamo del coche…) debe costar un máximo del 35% de lo que cobras cada mes.
¿Y por qué el 35% y no el 50%? Los expertos en finanzas consideran que gastar en préstamos más del 35% de lo que cobras es peligroso, porque te deja poco margen para cubrir tus otros gastos y afrontar posibles imprevistos. Además, te expone al sobrendeudamiento, que es una manera elegante de decir que estarás ahogado por tus deudas si superas ese porcentaje.
Con estas coordenadas bien claras, ahora ya puedes calcular si puedes permitirte el préstamo que te interesa. Recuerda que las cuotas serán más caras cuanto mayor sea el importe solicitado, cuanto más alto sea el interés y cuanto más corto sea el plazo.
Usa nuestra calculadora de préstamos para simular las cuotas del crédito que te interesa.
Ejemplo práctico: así funciona la regla del 35%
Por ejemplo, imagina que quieres contratar el Préstamo Personal de Cofidis, que tiene un interés desde el 4,95% TIN (5,06% TAE), para comprar un coche de 15.000 euros. Veamos cómo se te aplicaría la regla del 35% si cobras un salario neto de 1.800 euros al mes:
Plazo de devolución | Cuota mensual | Ratio de endeudamiento |
2 años | 657,74€/mes | 36,54% |
5 años | 282,73€/mes | 15,71% |
8 años | 189,54€/mes | 10,53% |
Como ves, no te conviene devolver el crédito en dos años o menos, porque las cuotas superarán el 35% de tus ingresos. En cambio, sí podrás permitirte la contratación de este producto si reembolsas el dinero en cinco u ocho años.
Consejo: si te lo puedes permitir, no elijas un plazo demasiado largo para devolver el préstamo. Si tardas mucho en saldar la deuda, se generarán intereses durante más tiempo, por lo que el crédito te costará más.
Solo te aconsejamos pedir el crédito si tienes unos ingresos estables
Aparte de calcular si podrás pagar el préstamo, te recomendamos tener en cuenta tu estabilidad económica. Un crédito se devuelve en varios años, así que solo debes pedir financiación si crees que tus ingresos se mantendrán estables a medio plazo.
Por estabilidad económica entendemos lo siguiente:
- Si eres asalariado, lo ideal es que tengas un contrato indefinido con la empresa para la que trabajas, con una antigüedad mínima de unos seis meses.
- Si eres pensionista, la estabilidad de tus ingresos la tienes asegurada, porque el Estado te pagará la pensión periódicamente.
- Si eres autónomo, tu situación económica es inestable por definición. Ahora bien, tus probabilidades de poder pagar el préstamo sin problemas serán más altas si tu negocio te reporta unos ingresos estables desde hace un par de años como mínimo.
Si estás en el paro, no te recomendamos pedir financiación, aunque estés cobrando la prestación por desempleo. Primero, porque prácticamente ninguna entidad te prestará el dinero. Y segundo, porque la prestación no es un ingreso regular (se acaba a los dos años).
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