Que una hipoteca sea buena o mala es algo relativo. Lo que hace un año era inaceptable, hoy es prácticamente un chollo. Así, las mejores hipotecas han doblado sus diferenciales, dejando atrás aquellos intereses de Euribor + 1% de hace un año, y en el recuerdo los Euribor + 0,50% que se veían allá en 2010. ¿Es esto motivo para no comprar vivienda? Lo analizamos.

¿Qué intereses aplican las hipotecas a día de hoy?

Durante todo el año los diferenciales de las hipotecas han ido subiendo de forma progresiva, aunque parecen haberse estancado desde verano. Así, entre las mejores hipotecas apenas encontramos intereses por debajo de Euribor + 2%, salvo excepciones contadas de pisos de bancos o de hipotecas online con exigentes criterios de riesgo, entre las que todavía se encuentra la Hipoteca Naranja de ING Direct, a E+1,89% para clientes.

Pero, por lo general, los diferenciales superan, a veces con creces, el 2% TAE. El mejor ejemplo lo ponen dos de las que han sido tradicionalmente las mejores hipotecas: la Hipoteca Unoe, que marca E+2,20%, y la Hipoteca Azul, con su E+2,24%.

Entonces, ¿es mal momento para pedir hipoteca?

No tiene por qué. Hay que tener en cuenta dos factores:

  1. Es un momento de chollos inmobiliarios. Muchas personas y entidades necesitan deshacerse de sus pisos y casas y están dispuestos a bajar precios de forma considerable
  2. El Euribor está muy bajo y es previsible que lo siga estando durante un tiempo. Este octubre marcó una media de 0,65%. Por tanto, si sumamos su valor a los diferenciales actuales, nos sale un interés de entre el 2,50% y el 3,50%, bastante inferiores a los que se pagaban en época de Euribor alto (en 2008 el Euribor superó el 5,30%)

Por tanto, con una hipoteca de alto diferencial pagaremos una cuota razonable en estos momentos de bajo Euribor. Y de cara al futuro, frente a una posible subida del índice, hay que decir que muy probablemente venga seguida de interesantes ofertas de subrogación para cambiar de banco la hipoteca, ya que el Euribor sube y los diferenciales bajan en época de bonanza económica, por lo que sería posible cambiarse a una entidad que ofrezca un diferencial más bajo y seguir pagando una cuota razonable.

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