Con los bancos «cerrando el grifo» a los préstamos personales y con la delicada situación económica, son cada vez más las personas que encuentran en los prestamistas particulares una solución rápida a su falta de liquidez. Sobre todo si tenemos en cuenta que no exigen excesivos requisitos y permiten avalar nuestra deuda con otras posesiones personales. Sin embargo, este tipo de servicios pueden convertirse en una peligrosa arma de doble filo.

Para empezar, los prestamistas privados no están regulados por el Banco de España (BdE) y por lo tanto, el cliente que solicita sus servicios queda desamparado en caso de posibles abusos. Además, para prestar dinero únicamente exigen como documentación el número de DNI y la garantía hipotecaria como aval, de manera que si no es posible devolver el dinero el prestamista puede sacarla a subasta pública. Esto es muy peligroso dado que las personas que buscan este tipo de producto suelen estar desesperadas y son capaces de firmar cualquier cosa para poner fin a su situación.

Asociaciones como Facua se han manifestado abiertamente ante la impunidad con la que actúan los prestamistas ya que constan como particulares pese a estar ejerciendo funciones propias de una empresa. De esta manera, las personas que buscan dinero para saldar una deuda pueden verse afectadas por unos intereses desmesurados, en ocasiones se disparan hasta el 80%. No hay un límite real para el aval (sobretodo si va destinado al consumo), únicamente si el préstamo es para adquirir una vivienda, en cuyo caso no se puede exigir más de un 2,5% TAE.

Desde HelpMyCash recomendamos huir de los prestamistas privados siempre que sea posible y utilizar servicios como el de los minicréditos que, pese a conllevar intereses altos, está regulado legalmente y  figuran como empresas registradas. En la actualidad existen entidades como Vivus o TrustBuddy, con créditos gratuitos si devolvemos el dinero a tiempo, que pueden ayudar enormemente ante un impago. Si necesitamos una cantidad mayor y nuestra única opción es un dinero privado, se recomienda acudir siempre con un abogado financiero y dejar constancia por escrito de cualquier decisión legal sobre el préstamo.

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