La inflación no perdona. El IPC estimado para 2025 en nuestro país es del 2,1%, según el Banco de España. Y aunque parece un porcentaje bajo comparado con los incrementos de los últimos dos años, sigue siendo un enemigo silencioso que erosiona el valor de tus ahorros si no haces nada para evitarlo.
¿Qué significa esto en términos reales? Si hoy tienes 10.000 euros guardados, al final del próximo año su poder adquisitivo se reducirá a 9.790 euros. Así de simple. El dinero parado pierde valor. Por eso, es momento de ponerlo en movimiento. Pero ¿cómo?
Opciones conservadoras: seguridad y liquidez para tus ahorros
Si buscas evitar riesgos pero no quieres que tus ahorros pierdan valor, existen al menos dos alternativas interesantes:
Depósitos a plazo fijo
Puedes conseguir desde ahora rendimientos atractivos para proteger tus ahorros el próximo año. Por ejemplo, Banca Progetto ofrece un depósito a un año con 3% TAE, mientras que Coop paga un 2,91%.
Ambas opciones no solo compensan la inflación esperada del 2,1%, sino que te dejan con una rentabilidad extra de entre el 0,8% y el 0,9%. Perfecto para quienes priorizan la estabilidad y seguridad, porque ambos están protegidos hasta 100.000 euros por titular gracias al Fondo de Garantía de Depósitos.
Fondos monetarios
Estos productos, considerados los fondos de inversión menos arriesgados del mercado, ofrecen una rentabilidad actual de entre el 2,5% y el 3,21%. Revolut, por ejemplo, tiene un fondo monetario con rentabilidad esperada (TIR) del 3,21% para sus clientes del Plan Ultra. InbestMe, por su parte, ofrece una TIR del 2,60% en su Cartera de Ahorro.
Eso sí, a medida que el BCE ajuste sus tipos, estos fondos irán perdiendo rendimiento. Pero la principal ventaja es que son líquidos, lo que significa que puedes retirar tu dinero si la rentabilidad comienza a caer por debajo de la inflación. Es importante estar atento a los cambios.
Opciones arriesgadas: oportunidades y desafíos en la renta variable
Para quienes tienen más tolerancia al riesgo, la bolsa es una apuesta interesante, aunque 2025 se perfila como un año de incertidumbre. El S&P 500, que ha crecido más del 28% en 2024 y un 92% en los últimos cinco años, podría estar acercándose a una corrección. Este rendimiento excepcional ha encendido las alarmas entre analistas, que anticipan que los próximos 10 años podrían traer retornos más bajos.
¿Eso significa que debes huir de la renta variable? No necesariamente. Con una estrategia a largo plazo, los mercados suelen recuperarse, y el S&P 500 ha demostrado históricamente una rentabilidad media anual del 10%, cifra que supera con creces a la inflación.
Si decides dar el paso, los fondos indexados al S&P 500 son una manera sencilla y diversificada de participar en la bolsa. Pero recuerda: los rendimientos pasados no garantizan ganancias futuras, y siempre existe el riesgo de pérdida.
La inversión en vivienda: una alternativa que no pasa de moda
Otra opción que no pasa de moda, especialmente para quienes cuentan con un patrimonio más abultado, es la inversión en vivienda. A pesar de que los precios de las propiedades seguirán subiendo, 2025 traerá buenas noticias en cuanto a financiación: las nuevas hipotecas fijas verán ajustes a la baja, con tipos que podrían estabilizarse entre el 2% y el 2,25% durante el primer semestre para perfiles solventes. Esto abre una ventana de oportunidad para quienes buscan adquirir inmuebles.
¿Por qué invertir en vivienda? Según un informe de Metrovacesa, la rentabilidad media por alquiler se sitúa en el 6,6%, aunque este porcentaje varía significativamente dependiendo de la ubicación. Ciudades con alta demanda, como Madrid, Barcelona o Málaga, presentan mayores oportunidades para obtener ingresos estables y superar con creces la inflación.
No te quedes parado: los ahorros inmóviles pierden siempre
Sea cual sea tu perfil como inversor, lo que nunca debes hacer es dejar tus ahorros inmovilizados en una cuenta corriente no remunerada. Es un billete directo a la pérdida de dinero, salvo que se trate de tu fondo de emergencia, aunque, incluso en ese caso, debería estar en una cuenta remunerada para proteger su valor. El 2025 está a la vuelta de la esquina, y la inflación no se toma descansos.
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