Muchos vendedores cuando deciden vender sus pisos prefieren contar con la ayuda de un profesional inmobiliario para que les gestione la venta. No obstante, no es secreto para nadie que el coste de la famosa comisión inmobiliaria sobre el precio de venta puede ser considerado un inconveniente para algunos e, incluso, puede motivar que ciertas personas se decanten por vender entre particulares para ahorrarse este dinero. Pero ¿es posible negociar la comisión con la inmobiliaria? En este artículo damos respuesta a esta duda común y, además, damos algunos argumentos que nos pueden ayudar a lograrlo.
Los honorarios inmobiliarios no están escritos en piedra
Lo primero que hay que tener en cuenta es que no existe ninguna ley que regule los honorarios de las inmobiliarias. La comisión, de manera general, suele oscilar entre el 3% y el 7% sobre el precio de la vivienda, pero cada agencia puede decidir cuánto cobrar a sus clientes por los servicios ofrecidos para vender un piso.
Es justamente esto lo que hace posible que podamos negociar la comisión con la inmobiliaria, ya que, aunque casi siempre cada agencia tiene un porcentaje establecido, esta puede estar más o menos abierta a negociar con nosotros el coste del servicio, de acuerdo a las posibilidades de venta que tenga el inmueble.
Es decir, mientras más atractiva resulte una propiedad, más probabilidades tendremos de que el agente acepte rebajarnos el coste de la comisión. Eso sí, para lograrlo, debemos darle algunos argumentos a la inmobiliaria, porque esta no lo hará por iniciativa propia.
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3 argumentos a usar para que nos rebajen la comisión
Ahora bien, el agente inmobiliario es un vendedor nato, que sabe cuando un inmueble se puede vender con facilidad, sin tener que realizar tantos esfuerzos y sin invertir muchos recursos. Y como a este le convendrá captar este tipo de inmuebles, es probable que cuando le pidamos una rebaja en la comisión no pueda negarse. ¿Y qué argumentos podemos usar para convencerle? Estos tres son los más potentes:
1. El precio de la vivienda es muy competitivo
Lo que más nos puede ayudar a cerrar la venta rápida de una casa es el precio de venta. Si esta se vende a un precio de mercado o, incluso, a uno que está ligeramente por debajo, es probable que recibamos un aluvión de interesados y que podamos cerrar el negocio en tiempo récord.
Así que si nos corre prisa por vender y por eso hemos decidido vender a un importe ajustado, debemos explicarle esto al agente inmobiliario y decirle que nos rebaje la comisión por ello. Este probablemente no querrá perder la oportunidad de vender una casa que los compradores le quieren quitar de las manos, porque sus honorarios estarían asegurados.
2. La casa está ubicada en una zona altamente demandada
Si el piso que vamos a vender está ubicado en una localidad con un mercado inmobiliario dinámico (por ejemplo, Baleares, Canarias, Madrid o Barcelona) o en un barrio que está al alza en nuestra zona, donde hay más demanda que oferta, es muy probable que la agencia también acepte rebajarse la comisión con tal de comercializar esa propiedad.
Hay que tener en cuenta que en este tipo de mercados también hay mucha más competencia y el agente sabe que si no acepta nuestra propuesta no nos supondrá ninguna dificultad buscar a otra agencia que sí acepte las condiciones. Eso sí, el precio también debe estar ajustado al mercado, ya que de lo contrario, aunque esté en una zona con mucha demanda, será más difícil de vender y la agencia no estará tan abierta a bajarse la comisión.
3. El piso está en excelente estado de conservación
Otro de los argumentos que podemos usar para convencer al agente inmobiliario es que nuestro piso esté totalmente reformado, que sea de reciente construcción o que se encuentre en excelentes condiciones. Hay que tener en cuenta que una vivienda en buen estado (y bonita) es mucho más fácil de vender que una que no lo está. Así que si nuestra casa es lo suficientemente atractiva para los compradores podemos usarlo como moneda de cambio en la negociación con la inmobiliaria.
Claro está, como hemos dicho anteriormente, el precio debe estar ajustado al mercado, ya que este es el aspecto más determinante para que una vivienda se venda rápido y con facilidad. Ahora bien, si podemos usar los tres argumentos: vendemos a buen precio, la casa está ubicada en un mercado con mucha demanda y, además, está en buen estado, tenemos todas las de ganar y es muy probable que la agencia reduzca su comisión sin peros.
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