Si. Los planes de pensiones son productos de ahorro de cara a la jubilación, pero lo que muchas personas no saben es que nuestros ahorros se invierten en fondos de inversión que, como todas las inversiones, conllevan un riesgo ya que su valor aumentará o disminuirá conforme lo haga el mercado. Al tratarse de inversiones a largo plazo, ya que el objetivo de los planes de pensiones es ahorrar para nuestra jubilación, el riesgo se minimiza aunque no desaparece del todo.
¿Cuáles son los planes de pensiones más seguros?
Si queremos apostar seguro, los planes de pensiones garantizados nos aseguran nuestra inversión inicial y una rentabilidad fija a final del plazo. El problema de estos planes es que debemos mantenerlos durante un plazo determinado para mantener la garantía. Mientras mayor sea el plazo mayor será la rentabilidad garantizadas, pero puede ocurrir que esta rentabilidad esté por debajo de la inflación, con lo que no ganaríamos nada.
En los planes de pensiones comunes podemos escoger el tipo de fondos de inversión en los que invertiremos nuestros ahorros. De acuerdo con nuestro perfil podremos elegir un fondo con un porcentaje mayor o menor en renta fija y renta variable según nuestro objetivo de rentabilidad y nuestra aversión al riesgo. Normalmente se recomienda invertir un porcentaje mayor en renta variable cuando todavía quedan varios años para la jubilación e ir paulatinamente cambiando los porcentajes hacia renta fija a medida que nos acercamos. Esto es lo que hace el Plan de Pensiones Naranja de ING, con sus planes dinámicos los porcentajes invertidos irán cambiando de acuerdo con nuestra edad. Esto nos permitirá sacarle la máxima rentabilidad al comienzo e ir asegurándolo a medida que pasan los años. Además, si traspasamos nuestro plan al plan de pensiones de ING antes del 30 de noviembre, obtendremos un 1,5 % de bonificación sobre nuestro capital traspasado.
Claves para saber qué plan de inversiones escoger
Si estamos pensando en contratar un plan de pensiones, debemos tener en cuenta varios factores antes de decantarnos por uno u otro:
- Analizar qué tipo de inversores somos: primero debemos saber qué rentabilidad queremos y cuánto riesgo estamos dispuestos a asumir para conseguirlo. Si queremos minimizar el riesgo lo máximo posible, tendremos que asumir que eso nos traerá una rentabilidad menor.
- Tener en cuenta la rentabilidad pasada: aunque el histórico de los activo no influirá en lo que pueda ocurrir en el futuro, sí que puede darnos una idea aproximada sobre cómo se comportará.
- Estar abiertos a cambiar: siempre podremos cambiar. Después de la permanencia mínima obligatoria siempre podremos cambiar de planes de pensiones entre entidades. Normalmente a final de año, que es cuando la gran mayoría de permanencias caducan, aparecen una gran cantidad de ofertas de traspasos que diferentes entidades. Así, todos los años podremos cambiar de plan y aprovechar las ofertas.
Es importante también tener en cuenta la permanencia obligatoria ya que no sabemos qué ocurrirá en los mercados en un futuro y podemos vernos atrapados en un plan obsoleto con escasa rentabilidad e incapaces de traspasar nuestros ahorros sin una penalización.
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