Es mucho lo que se ha dicho últimamente en las noticias sobre las ocupaciones ilegales de viviendas en España. Según datos del Ministerio del Interior, en los últimos años se han incrementado de forma notable las denuncias de este tipo de delitos, pasando de las 9.998 presentadas en 2016 a las 14.621 en 2019. Está claro que esto se ha convertido en un problema para las autoridades y un dolor de cabeza para los propietarios. Especialmente, para aquellos que no viven en sus inmuebles, ya que en este caso el proceso de desalojo puede tardar años. Pero ¿qué pasa si queremos vender nuestro piso que está vacío? ¿Qué podemos hacer para protegerlo de los okupas? En este artículo damos 3 consejos básicos.

1. Ser reservados y usar engaños: los okupas estudian a sus víctimas

Los expertos en seguridad recomiendan que, para evitar este tipo de situaciones desagradables, seamos muy reservados y no indiquemos a viva voz que no residimos en la vivienda. Por ejemplo, aunque nos guste publicar nuestros pasos en las redes sociales, es aconsejable no indicar el sitio en el cual realmente vivimos, especialmente si lo hacemos en otra ciudad.

Además, la Policía Nacional recomienda que si estamos lejos le dejemos las llaves a un vecino o un amigo de confianza para que de vez en cuando se pase por la vivienda para hacer creer que la propiedad está habitada. Si el caso es que vivimos en la misma localidad, podemos ser nosotros los que nos pasemos por la casa de forma regular y hagamos ciertas acciones para engañar a los delincuentes. Por ejemplo, es aconsejable recoger el buzón con regularidad, subir y bajar las persianas, encender las luces o programar la tv para que se encienda y se apague a ciertas horas.

Hay que tener en cuenta que la mayoría de las ocupaciones son planificadas: los okupas estudian con detalle a sus posibles víctimas antes de cometer el delito de intrusión y van por aquellas viviendas que les resultan más fácil de invadir. Por esto, hay que confundirlos.

2. Reforzar las entradas de la vivienda

Además, es vital que nos aseguremos de que la cerradura de la puerta de nuestra casa es realmente segura y resistente. De lo contrario, la vivienda es vulnerable de ser allanada. Si esta es muy vieja, debemos renovarla por una sólida y resistente a un posible ataque violento.

Incluso, es aconsejable que optemos por un tipo de cerrojo especial a prueba de okupas. Existen muchas empresas que, debido al alto índice de ocupaciones en España, han desarrollado puertas y cerraduras blindadas de alta seguridad “antiokupas”. El precio de estas puede rondar los 350 euros, pero, aunque es un gasto que se suma a los que tendremos que pagar por vender el piso, nos puede aportar mucha tranquilidad.

3. Instalar un sistema de alarma en la vivienda

Los sistemas de alarma y seguridad son sumamente efectivos para evitar los robos y las ocupaciones en las viviendas. Esto implica instalar una cámara de vigilancia en la casa para que detecte intrusos y avise, tanto a las autoridades como a nosotros mismos, de cualquier intento de forcejeo.

Estos también nos permiten monitorear en tiempo real mediante un sistema de captación de imágenes o de vídeo todo lo que sucede en la propiedad. Y, además, la mayoría de las compañías nos facilitan carteles para poner a las afueras de la vivienda (puertas y ventanas) que permiten “espantar” a los okupas, ya que estos al saber que las autoridades vendrán de inmediato es posible que desistan de intentar ocupar el inmueble.

El precio de este tipo de sistemas es variable, ya que depende de la compañía y el tipo de servicio elegido. Aunque, de manera general, la instalación del sistema puede rondar los 250 euros. Además, casi siempre implica el pago de una mensualidad que puede oscilar entre los 30 euros y los 60 euros.