¿Aún no sabes lo que es una línea de crédito? Seguro que sí te suenan las tarjetas de crédito, con las que puedes financiar cualquier compra para pagarlas a plazos. Pues estas tarjetas están vinculadas a una línea de crédito: la financiera emisora te permite gastar hasta un importe máximo y puedes disponer de ese dinero (usando la tarjeta) siempre que lo necesites y que no te pases del límite.
En general, si necesitas dinero para financiar un proyecto concreto, como comprar un coche, contratar un préstamo convencional te puede venir mejor. Pero si lo que necesitas es tener acceso a financiación rápidamente para cuando te lleguen gastos imprevistos, las líneas de crédito son el producto ideal. Te lo contamos a continuación.
Las líneas de crédito son perfectas para cubrir imprevistos
Cuando un banco te concede un préstamo, te ingresa todo el dinero en la cuenta. Los intereses, en este caso, se generan sobre todo el importe del préstamo, aunque no uses toda la cantidad de dinero que te han prestado.
Con una línea de crédito, en cambio, la financiera te da acceso a una cantidad y tú puedes decidir cuánto dinero necesitas en cada momento. Los intereses se generan únicamente sobre las cantidades que vas retirando, por lo que solo pagas intereses por el dinero que usas.
Contratar el segundo producto, por lo tanto, te puede venir muy bien si quieres tener dinero disponible para emergencias. Si no la usas, no pagarás intereses, y si te sorprende algún gasto imprevisto, podrás retirar dinero de la línea para obtener financiación al instante.
En general, estas líneas se vinculan a una tarjeta de crédito, con lo que obtienes financiación cada vez que usas la tarjeta. En algunos casos, sin embargo, puedes pedir a la financiera que ingrese el dinero de la línea en tu cuenta. Es el caso del Crédito Directo de Cofidis, con el que puedes pedir entre 500 y 4.000 euros, a devolver hasta en 43 meses, con un interés del 20,55% TIN (22,60% TAE).
En algunos casos, podrás recuperar dinero de tus compras
Otra ventaja de las líneas de crédito, sobre todo las que van asociadas a una tarjeta, es que pueden incluir descuentos o devoluciones de compras concretas. En el primer caso, los artículos que compres con la tarjeta serán un poco más baratos. Y en el segundo, se te ingresará un pequeño porcentaje de lo que hayas gastado al final del mes.
Con la Línea de crédito Plazo, por ejemplo, recuperarás el 5% de lo que te gastes en compras en supermercados. Además, la financiera puede devolverte hasta un 40% de tus compras en establecimientos concretos como Druni, Just Eat, Aliexpress, Nike o Samsung, entre otras. Esos establecimientos los encontrarás en la aplicación móvil de la entidad.
Plazo te permite gastar un máximo de entre 700 y 5.000 euros, según tu perfil. Podrás devolver todo lo gastado a final de mes, sin intereses, o en cuotas mensuales, en cuyo caso se te aplicará un interés del 18,36% TIN (19,99% TAE). Si te decantas por la segunda modalidad, la entidad te regala los primeros tres meses sin intereses.
El poder de tener una línea de crédito conlleva una gran responsabilidad
Hasta ahora hemos repasado todas las bondades de las líneas de crédito, pero estos productos también tienen su lado oscuro. Como te dan la opción de conseguir dinero fácilmente, corres el riesgo de abusar de pagar a crédito y de endeudarte más de la cuenta, lo que te dará problemas para llegar a fin de mes.
Además, el interés de una línea de crédito es mucho más alto que el de un préstamo convencional: alrededor del 20% frente a menos del 10%. Por ello, si no quieres pagar más intereses de la cuenta, financia solo los gastos que realmente no puedas cubrir con tus ahorros y trata de devolver el dinero lo antes posible.
En nuestra página sobre el endeudamiento responsable te explicamos cómo utilizar correctamente los préstamos y créditos.
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