En la inmensa mayoría de los casos, los bancos piden que el comprador de una vivienda aporte de su bolsillo el 20% de lo que cuesta el inmueble (más un 10% extra para los gastos de compraventa), pues solo suelen financiar el 80% de la operación. Ahora bien, no todo el mundo tiene el dinero suficiente para pagar esa entrada de la hipoteca, por lo que no son pocos los que se plantean cubrir esa cantidad con un préstamo personal de otra entidad. Esta opción, sin embargo, es peligrosa, ya que nos puede hacer caer fácilmente en el sobreendeudamiento.
El interés de la entrada de la hipoteca será mucho más alto
Para entenderlo, es importante tener en cuenta que el interés de las hipotecas es de una media del 1,5%, mientras que el de los préstamos personales alcanza una media del 7% aproximadamente. Además, los préstamos personales deben devolverse en menos tiempo (unos ocho años como máximo), lo que sumado a su mayor interés nos hará pagar una cuota más elevada por ese 20% de la compra.
Como es lógico, al pedir un préstamo y una hipoteca, tendremos que pagar dos mensualidades a la vez. En consecuencia, deberemos dedicar una porción mayor de nuestro sueldo a la financiación de nuestra nueva vivienda, lo que nos puede generar dificultades económicas si nuestro salario no es elevado.
Ejemplo: préstamo para una entrada de 20.000 euros
Lo podemos ver claramente con un ejemplo. Supongamos que queremos comprar una vivienda de 100.000 euros y pedimos una hipoteca de 80.000 euros al 1,50% a 25 años y un préstamo personal de 20.000 euros al 7% a ocho años. Esto es lo que pagaríamos:
- Cuota de la hipoteca: 319,95€/mes
- Cuota del préstamo personal: 272,67€/mes
- TOTAL A PAGAR AL MES: 592,62€/mes durante los primeros ocho años y 319,95€/mes los siguientes.
Como vemos, el crédito nos haría pagar un 84% más al mes hasta liquidarlo, por lo que no sería aconsejable contratarlo si no tuviéramos un sueldo suficiente para afrontar esas cuotas sin problemas.
Conseguir el crédito será muy difícil
Además de salir caro, pedir un crédito para la entrada es más complicado. Y es que los bancos no nos concederán el préstamo si lo pedimos específicamente para esa finalidad, ya que lo consideran demasiado arriesgado. Para conseguirlo, por lo tanto, deberíamos acudir a una entidad que preste dinero sin pedir justificantes de finalidad y que sea distinta a la que pidamos la hipoteca.
Otro punto importante a tener en cuenta es que el banco que nos dé la hipoteca podría denegarnos la solicitud si detecta que hemos contratado un préstamo para pagar el 20% de la compra. Para que este no aparezca en la CIRBE, tendríamos que pedirlo en paralelo a la hipoteca, lo que nos daría poco margen de maniobra si no nos lo conceden.
Si necesitas dinero para la entrada, es mejor que contrates una hipoteca de hasta el 100% (te lo explicamos más abajo) o que pidas ayuda familiar si tienes esa posibilidad.
Es mejor pedir un préstamo hipotecario de más del 80%
Por todo lo expuesto, queda claro que financiar una parte de la compra de la vivienda con un crédito personal no es recomendable. Ahora bien, si tenemos pocos ahorros, existe una alternativa que puede ser más interesante: contratar una hipoteca que cubra hasta el 90% o incluso el 100% de la operación.
De este modo, al financiarlo todo con una hipoteca, se nos aplicará un interés más bajo y pagaremos una cuota más asequible. No obstante, no hay muchos bancos que den estos productos: generalmente, solo los conceden si se compran sus bancos o si se tiene un perfil muy bueno.
En caso de que no reunamos ninguno de los requisitos anteriores, tenemos la opción de contratar a un bróker hipotecario, que es profesional especializado en conseguir financiación de más del 80%. Podemos contactar con uno si hacemos clic sobre el siguiente botón:
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