Al momento de ponerle precio a la vivienda para venderla, la mayoría de los propietarios se conforman con hacer una única tasación o valoración de la propiedad y, en función de los resultados, eligen el precio al que publicarán la vivienda por primera vez. Sin embargo, esta no es la opción más conveniente. ¿Por qué? Porque muchos propietarios han visto perjudicada su rentabilidad o han sufrido demoras innecesarias en la venta tras consultar el precio con una sola fuente. Aquí te contamos los detalles de estos casos y te sugerimos cómo evitar que te ocurran a ti. 

Los intereses de las agencias pueden perjudicar tu rentabilidad

Carmen tenía un piso en venta en Madrid. Había decidido venderlo porque quería utilizar ese dinero para otros asuntos, por lo que contactó con una agencia inmobiliaria tradicional. Esta le hizo la valoración de la propiedad y llevó adelante todas las gestiones de la venta a cambio de una comisión bastante alta. Aun así, Carmen estaba conforme porque se ocuparían de todo. Cabe añadir que la propietaria no tenía ninguna prisa por vender, recordemos que su deseo era reinvertir su dinero.

Ahora bien, cuando la agencia inmobiliaria encontró un comprador interesado en la vivienda, firmaron el contrato de arras y pactaron la visita del tasador para que el comprador pudiera pedir su hipoteca. Carmen estuvo presente ese día y se llevó una gran sorpresa: el profesional les advirtió que el resultado de la tasación sería más bajo que el precio de mercado, hecho que podría traer problemas al comprador para adquirir la vivienda. Sin embargo, tan pronto como informó el valor de tasación de la vivienda, ¡Carmen descubrió que el precio de venta de su casa era inferior a este y, en consecuencia, a los precios de mercado! 

¿Cuál es la conclusión en este caso? Que Carmen podría haber obtenido una rentabilidad mayor si hacía más de una tasación de la vivienda: de este modo se hubiera dado cuenta de que el precio sugerido por la inmobiliaria era muy bajo. Pero así como le pasó a Carmen, podría pasarnos a cualquiera de nosotros. Las agencias inmobiliarias suelen tener sus propios intereses, generalmente comerciales, que en ocasiones perjudican a los propietarios. Este es un ejemplo de ello.  

También pueden generar una demora innecesaria en la venta

En el otro extremo, nos hemos encontrado con el caso de Joan, quien quería vender su piso rápido porque se iba del país. Cuando habló con la agencia inmobiliaria, esta le sugirió un precio para su vivienda sumamente atractivo. Él aceptó y contrató a esta inmobiliaria para que llevara a cabo todas las gestiones. Al principio se sintió muy satisfecho, pero con el transcurso de las semanas empezó a alarmarse: no recibía ninguna visita, solo alguna solicitud de información aislada en los portales inmobiliarios, pero pocos compradores se interesaban por su piso.

Decidió consultar entonces con su agente inmobiliario, quien le sugirió bajar el precio un 5%. Alegó que si no recibía visitas era porque el precio no era correcto. Esto ocurre habitualmente, no es fácil acertar a la primera con el precio de mercado de una vivienda. Pero a Joan no le pasó una vez, sino 5 veces. Sí, tuvo que bajar el precio de su casa cinco veces hasta encontrar un comprador, hecho que demoró la venta mucho más de lo que él estaba dispuesto a esperar porque, recordemos, debía trasladarse a otro país.

Del mismo modo que con Carmen, lo que le pasó a Joan le ocurre a muchísimos propietarios españoles. Es habitual que las inmobiliarias sugieran precios inflados para las viviendas con el fin de atraer la atención de los vendedores y captarlos como clientes. Pero esto genera una demora innecesaria en la venta que se agrava si el propietario necesita vender cuanto antes. Por todo esto, en HelpMyCash te aconsejamos que siempre realices más de una valoración de tu vivienda antes de elegir su precio. Solo así podrás defender tus intereses y evitarás enfrentarte a casos como los de Carmen y Joan.