La mayoría de la gente sigue los mismos pasos cuando quiere comprar una casa: se usan portales inmobiliarios para buscar viviendas interesantes, se visitan esos inmuebles y, una vez reservada la compra del elegido, se acude una financiera para pedir una hipoteca. Pero ¿qué pasa si invertimos ese orden? En este artículo explicamos de qué ventajas nos podemos beneficiar si optamos por ir al banco antes de ir a la inmobiliaria.

Sabremos si cumplimos los requisitos

En primer lugar, si lo primero que hacemos es acudir al banco, este nos dirá si reunimos, sobre el papel, los requisitos necesarios para conseguir una hipoteca. En caso afirmativo, podremos buscar una vivienda sabiendo que, en teoría, podríamos obtener financiación, mientras que en caso negativo, nos ahorraremos perder el tiempo (y la ilusión) visitando casas o pisos que no podríamos adquirir.

Ahora bien, antes de solicitar financiación también podemos saber, más o menos, si cumplimos esos requisitos. Aunque los criterios de riesgo de las entidades pueden variar, generalmente todas exigen lo mismo:

  • Tener ahorrado el 30% del valor de la vivienda para cubrir el 20% que el banco no financia más el 10% que tendremos que dedicar al pago de los gastos de compraventa.
  • Disfrutar de una buena situación laboral, es decir, cobrar un sueldo relativamente alto, tener un contrato indefinido y contar con una cierta antigüedad laboral.
  • Tener unas finanzas saneadas, esto es, no tener muchas deudas vigentes ni impagos registrados.

Hay que destacar, eso sí, que la aprobación no estará garantizada hasta que el banco no haga un análisis de riesgos. Para hacerlo sí necesitará saber qué vivienda queremos adquirir.

Sabremos qué casa nos podríamos permitir

En segundo lugar, al pedir antes la hipoteca, el banco nos dirá cuánto dinero nos podría prestar aproximadamente para financiarnos la compra de una casa o de un piso. De esta manera, podremos buscar una vivienda que se ajuste a lo que nos prestarían y no reservaremos un inmueble más caro de la cuenta.

Pongamos, por ejemplo, que nos dicen que nos podrían dar hasta 100.000 euros. En este caso, podríamos permitirnos una casa o piso de hasta 125.000 euros, siempre que tuviéramos ahorrados 37.500 euros para cubrir la parte no financiada más los gastos asociados a la formalización de la compra.

No nos agobiará el plazo de la reserva

Para que nadie compre la vivienda que nos gusta antes que nosotros hay que dar unos miles de euros al vendedor en concepto de reserva y establecer un plazo determinado para conseguir financiación. En caso de no obtenerla antes de que se agote ese período de tiempo, ese dinero se pierde, así que solicitar antes un préstamo hipotecario al banco reducirá las probabilidades de que eso suceda.

Eso no quita que sea recomendable negociar un período de reserva lo más largo posible. De este modo, tendremos más tiempo para pedir una hipoteca a varios bancos y comparar las distintas ofertas. Asimismo, es aconsejable añadir una cláusula en la que se establezca la devolución del dinero en caso de no conseguir financiación.

¿Y si ya hemos pagado la reserva?

Si hemos pagado la reserva antes de buscar financiación y tenemos problemas para conseguirla antes de que venza el plazo, podemos tratar de negociar una extensión con los vendedores. Sin embargo, estos no están obligados a aceptarla.