Como tantas otras cosas, la necesidad de recurrir a la financiación surge de manera más o menos aleatoria y en función del momento que atraviesan nuestras vidas. Sin embargo, eso no quita que haya situaciones en las que parece que los astros se alineen y propongan un contexto ideal para que algo ocurra. En el sector financiero siempre hay que ser cauto, pero parece que estamos atravesando uno de esos períodos de tiempo: estos son los tres motivos que confirman que es un buen momento para pedir un crédito.
El contexto económico favorece la solicitud de crédito
La financiación, como es lógico, está muy vinculada al resto de la economía. Por ahí es por donde va nuestra tesis. Actualmente hay tres indicadores que refuerzan nuestra idea de solicitar un crédito. Son estos:
La economía crece
La crisis trajo cinco años negros económicamente hablando (2009-2013). Durante ese tiempo el PIB de España tuvo variaciones anuales negativas de hasta el 3,6%. Ahora, en cambio, estamos en una dinámica positiva: del 1,4% de 2014 al 2,6% de 2018 pasando por 3,6% de 2015 o el 3% de 2017.
¿Qué supone esto? Básicamente, un entorno que generar mayor confianza de los actores financieros, tanto de quienes prestan dinero como de quienes lo solicitan.
El paro baja
Producto de los datos anteriores hay unas consecuencias lógicas: la ocupación sube. En España se alcanzó en 2013 un récord negativo: el paro alcanzo el 26,1%. Desde entonces, ese número no ha parado de bajar año tras año unos dos puntos porcentuales de media hasta situarse en 2018 en el 15,3%.
Obviamente, a mayor ocupación, más ingresos, algo que los bancos y entidades de crédito exigen para poder conceder financiación.
Los intereses se mantienen
Por último, si bien los últimos dos datos mostraban un crecimiento, la buena noticia en este caso es la estabilidad. El repunte de la economía y la bajada del paro no se han traducido en un encarecimiento del crédito.
Cuando estalló la crisis en la segunda parte de 2007, la TAE media de los préstamos personales pasó tres años por encima del 10%. Desde 2015, sin embargo, esa cifra se ha situado de forma estable en torno al 8,50% TAE con pequeños altibajos. Eso permite a los posibles clientes de bancos y entidades de crédito aprovecharse de la mejora de sus condiciones económicas sin tener que pagar más por la financiación.
De hecho, en el mercado podemos encontrar ofertas muy por debajo de esas cifras. El Préstamo Personal de Cetelem, por ejemplo, permite solicitar desde 4.000 a 60.000 euros con una TAE que parte del 6,12%.
Ante todo, precaución
Tal y como hemos visto, hay varios factores que propician la solicitud de crédito. Sin embargo, se trata de tendencias generales. Antes de recurrir a un préstamo personal, debemos tener muy presente cuál es el estado de nuestras finanzas personales para saber si realmente nuestro presente y futuro presentan un contexto ideal para endeudarnos.
De todas formas, para conseguir créditos a un coste contenido, serán los propios prestamistas los que nos exijan unos ingresos y un historial financiero positivo para ofrecernos condiciones ventajosas. Al final, es responsabilidad de ambas partes conseguir un mercado financiero responsable y efectivo.
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