El hecho de tener dinero en el banco no significa que gastarlo sea la decisión correcta a la hora de comprar un coche, pagar una reforma o comprar una nueva televisión. Si esto es así, entonces, ¿cuándo es una buena decisión pagar al contado o cuándo nos conviene financiar una compra? Podemos responder a esta pregunta tras valorar la cantidad de dinero que debemos y queremos tener guardada en el banco con relación al precio del gasto. Si tras la compra seguimos teniendo ahorros suficientes, entonces podemos plantearnos pagar al contado. En cambio, una alternativa para evitar quedarnos sin ahorros es la financiación. Veamos el detalle de esta cuestión.
Cuando no debes pagarlo todo al contado, es necesario financiar
En muchos casos, no podemos o no queremos pagar al contado para cubrir el gasto porque simplemente acabaremos con menos ahorros de lo que nos deberíamos tener (o de lo que nos gustaría tener). Esto suele pasar cuando el precio del bien que deseamos adquirir es elevado, como por ejemplo, un coche o pagar una reforma. En este caso, a pesar de tener el dinero para pagar al contado, puede ser aconsejable usar una parte de nuestros ahorros y pedir un préstamo personal para pagar el resto.
Antes de gastar el efectivo, aunque sea una pequeña parte, es fundamental revisar qué impacto tendrá el gasto sobre nuestra economía. Por ello, será necesario poner de lado y lado de la balanza los siguientes aspectos:
En general, se recomienda tener un fondo de emergencia con ahorros equivalentes a entre 3 y 6 meses de gastos imprescindibles. Si ya tenemos esto y más ahorrado, podemos echar mano del “excedente” con el límite con el que nos sintamos cómodos.
Unido a lo anterior, es importante no pedir prestado más de lo necesario. Tengamos presente que cuanto menos dinero pidamos prestado y más rápido lo devolvamos, mejor, porque menos pagaremos en intereses. Por ello, debemos estar atentos al precio de las cuotas de la financiación, intentando reducir el tiempo de reembolso al mínimo posible que nos podamos permitir pagar.
¿Y qué hago si el gasto es pequeño y me ofrecen un préstamo al 0%?
En otras ocasiones, podríamos pagar al contado sin que nuestro fondo de emergencia se vea afectado. Esto suele pasar con gastos por importes bajos, generalmente en tiendas. Para estos casos existe un producto de financiación donde el pagar a plazos puede salirnos gratis, la famosa financiación al 0%.
Pongámonos en situación: Imaginemos que tenemos 1.500 euros para comprar una nueva televisión, y que el vendedor nos ofrece financiar la compra sin intereses a un año. Se trata de una oportunidad única que solo nos costará 50 euros al mes en 30 cómodas cuotas. Es verdad que los préstamos sin intereses son una opción atractiva para financiar las compras en tiendas, pero debemos estar atentos a la letra pequeña de estas ofertas.
La clave está en fijarnos en la TAE y no en el TIN. El TIN es el tipo de interés nominal y puede que este sea efectivamente del 0%. Sin embargo, la tasa anual equivalente (TAE) incluye el TIN más las comisiones y gastos derivados del préstamo. Por lo que una financiación al 0% TIN puede tener perfectamente una TAE del 10% debido a los gastos de gestión y así que no nos saldría gratis.
Muchas tiendas y grandes almacenes pueden asumir el riesgo de prestar a sus clientes a cambio de la fidelización a través de tarjetas de créditos, sistema de puntos, etc. No obstante, debemos mirar nuevamente las condiciones que, en el caso de las tarjetas, no deberían incluir costes de emisión ni mantenimiento para que realmente valga la pena contratar una financiación gratuita sin gastar el dinero que tanto nos ha costado ahorrar.
Comentarios