La venta de una vivienda puede ser un proceso un tanto complejo. No obstante, es algo que podemos llevar a cabo por nuestra cuenta y sin necesidad de contratar a una inmobiliaria. Esto nos puede ahorrar el pago de los honorarios, pero implica encargarnos al 100% de todas las gestiones de la venta. Eso sí, existen tres pasos que no nos podemos saltar si vendemos el piso entre particulares.

1. Tasar la vivienda por diferentes vías

La fijación del precio es una de las fases más importantes del proceso de venta. De esto dependerá el tiempo que podemos tardar en cerrar la operación o, incluso, el éxito de esta, ya que si fijamos un precio que está muy por encima de lo que están dispuestos a pagar los compradores es posible que nos lleguen muy pocas ofertas.

Si vendemos el piso con una inmobiliaria esta nos podrá aconsejar sobre el importe que deberíamos establecer. Pero, si lo hacemos por nuestra cuenta, nos tocará proactivamente consultar diferentes fuentes para decidir a qué precio vender la vivienda:

  • Usar las herramientas de tasación online de viviendas: la mayoría son gratuitas y nos pueden ofrecer una estimación del valor que tiene nuestro piso en el mercado. Eso sí, es aconsejable hacer tantas valoraciones como nos sea posible, ya que cada plataforma nos puede arrojar precios muy diferentes.
  • Pedir la opinión de varias inmobiliarias: aunque hayamos decido vender el piso por nuestra cuenta, podemos entrevistarnos con varias agencias del barrio u online para que valoren nuestro piso. Esto lo podrán hacer de forma gratuita y sin compromiso.
  • Consultar los precios en los portales inmobiliarios: asimismo, es aconsejable que miremos a qué precio se venden los pisos similares al nuestro en el barrio. Así podemos intuir a qué valor se cotiza el inmueble en el mercado.
  • Pedir la oferta a un iBuyer: estas son empresas que compran pisos al contado y en muy pocos días, por lo que, generalmente, el precio que dan por la vivienda suele estar por debajo del valor de mercado. Si pedimos una oferta a alguno de los que trabajan en nuestra ciudad podremos saber el importe mínimo al que podríamos vender.

Con toda la información obtenida podemos elaborar un rango de precios sobre el que movernos, de acuerdo a la estrategia que queramos seguir o el tiempo en que necesitemos vender el piso.

2. Promocionar la venta en todos los canales disponibles

Una inmobiliaria se puede encargar de difundir de forma masiva la venta de nuestro piso, pero si vendemos la casa por nuestra cuenta nos tocará a nosotros hacer esta importante tarea. Pero ¿cómo lo hacemos? Para ello, nada mejor que colgar anuncios en los populares portales inmobiliarios.

Estas webs para vender casas son muy fáciles de utilizar y, además, ofrecen anuncios gratuitos a las personas que venden como particulares. También podemos recurrir a las redes sociales, estas son muy usadas en la actualidad por las inmobiliarias y nos permiten llegar a un mayor número de personas.

Eso sí, sea cual sea la plataforma que decidamos utilizar es imprescindible que usemos recursos como imágenes, vídeos o visitas virtuales para llamar la atención de los potenciales compradores. De lo contrario, nuestra publicidad podría pasar desapercibida en el mar de anuncios de venta de viviendas.

3. Recopilar los documentos con suficiente antelación

Vender por nuestra cuenta, como hemos mencionado, implica hacernos cargo de todos los trámites para vender la casa. En este sentido, tendremos que investigar cuáles son los documentos que necesitamos para vender nuestro piso y verificar los plazos en que podemos obtenerlos.

Debemos tener en cuenta que algunos los necesitaremos al inicio de la venta, otros para la negociación o bien para firmar en notaria. Por ejemplo, el certificado energético o la nota simple serán necesarios para poner nuestros anuncios o para verificar al inicio que la vivienda no tiene problemas registrales que pudieran dificultar la operación. En cambio, otros documentos como la cédula de habitabilidad o el certificado de la ITE, los necesitaremos para firmar en notaría o para negociar las condiciones con el comprador.

El asunto es que algunos de ellos tienen que ser solicitados o registrados ante la Administración y esta tiene unos lapsos establecidos que pueden ser extensos. Además, no es secreto para nadie que los retrasos administrativos son comunes en los organismos públicos. Por este motivo, conviene empezar a realizar los trámites de la vivienda desde el momento que decidimos vender la casa.