Pasados los 30 años, ¿qué debemos hacer con las cuentas?

Descuentos, sin comisiones, tarjetas gratuitas y transferencias sin coste son algunas de las ventajas de ser joven. Sin embargo, estas cuentas tienen una fecha de caducidad que suele estar marcada cuando el cliente cumple los 30 años, aunque puede variar en función del banco.

Un momento que supone un punto de inflexión para el cliente. ¿Qué ocurre cuando llegamos a los 30? ¿Se nos han agotado los beneficios de la juventud financieramente hablando?

Ranking de las mejores cuentas del mercado

¿Por qué ser joven tiene tantas ventajas?

Es normal que las entidades financieras se apresuren e ofrecer ventajas adicionales a los jóvenes con el fin de poderlos retener durante años. Está demostrado que cuando abrimos una cuenta bancaria después nos cuesta mucho cambiar a otro banco.

Los jóvenes son clientes potenciales para el banco ya que aunque puede que no tengan dinero hoy lo tendrán en el futuro. Así los bancos ponen a su disposición una serie de privilegios como no pagar las comisiones derivadas de la apertura y el mantenimiento, tarjetas de crédito o débito gratuitas y transferencias sin coste, entre otros.

Sea como fuere, la apertura de una cuenta joven en cualquier banco estará asociada a diferentes ventajas a cambio del simple compromiso de mantener la cuenta activa y poco más. No hay exigencia de domiciliación de recibos, transferencias mensuales o ingresos periódicos. Básicamente se trata de un producto para aquellos que busquen una primera toma de contacto con el mundo financiero.

He cumplido los 30, ¿y ahora que pasa con mis cuentas?

Llegados a este punto, se abren nuevas alternativas, formadas principalmente por otras cuentas bancarias: cuentas nómina y demás productos enfocados a quienes estén interesados en continuar ahorrando en mayor o menor medida. Todo depende de si tenemos ingresos que domiciliar u otras necesidades.

Las cuentas nómina ofrecen ventajas muy similares a las de una cuenta joven. Estas tienen ventajas específicas como la ausencia de comisiones y la carencia de costes de mantenimiento. Actualmente encontramos cuentas interesantes para domiciliar la nómina: