Siempre hay que tener un ojo sobre nuestros ahorros, no nos cansamos de repetirlo. Con todas las preocupaciones del día a día, es fácil abrir un depósito bancario y olvidarnos de él. En algunos casos, acabado el plazo el dinero vuelve a la cuenta asociada, listo para ser reinvertido. En otros, se da una renovación automática. Eso sí, con otras condiciones.

La diferencia de interés que ofrece un depósito a plazo fijo respecto a su versión “renovada” suele ser descomunal. Fácilmente podemos pasar de un interés por encima del 4% TAE a uno por debajo del 1%. Esto se debe a que el banco ya no lo considera dinero nuevo y además, es evidente que espera que “te olvides” de la inversión para mantener tu dinero en su poder con una remuneración mucho más baja de la que pagaría en el mercado.

Nuestra recomendación, por tanto, es ponernos algún tipo de alerta que nos recuerde que nuestro depósito ha llegado a su fin y que es hora de moverlo a otra entidad. Si pretendemos que sea el banco quien nos avise, podemos esperar sentados.

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