A muchos nos ha pasado que disponíamos de una cuenta bancaria que nos abrieron de niños, pero con los años hemos dejado de utilizarla y se nos ha olvidado que existía. No obstante, debemos saber que si no cerramos una cuenta bancaria cuando estamos seguros de que no la querremos volver a utilizar puede traer consecuencias. En este artículo analizamos qué puede ocurrir con esas cuentas que han quedado en el olvido.

¡No te olvides de tu cuenta!

Aunque dejemos de utilizar una cuenta bancaria, ya sea porque no nos interesa operar con ella o porque nos hemos olvidado de que la teníamos abierta, no se bloqueará automáticamente. Si no nos acercamos expresamente al banco (o hacemos la operación por internet, siempre que sea posible), la cuenta seguirá activa.

No obstante, tras 20 años de inactividad, la cuenta se considerará abandonada y pasará a ser propiedad del Estado. Antes de llegar a esta situación, el banco deberá asegurarse de que realmente no se ha producido ningún movimiento en 20 años y notificar al propietario de que ese producto está a punto de ser declarado abandonado.

Desde el Banco de España recomiendan que siempre que no se quiera utilizar una cuenta, se desactive rápidamente, sin dejar esa transacción para última hora. Aunque la dejemos sin saldo, no será suficiente para deshabilitarla. Si no lo hacemos, es posible que nos genere en un futuro algún que otro quebradero de cabeza.

¿Qué ocurre cuando la cuenta tiene comisiones?

Si la cuenta tenía comisiones de administración, el abandono podría causarnos consecuencias. Estos costes seguirán cobrándose, aunque no se registre ningún movimiento, de forma que podría llegar la situación en la que las comisiones consumen todo el capital que teníamos en esa cuenta. De aquí la importancia de cancelar la cuenta cuando nos haya dejado de ser útil.

Sin embargo, esta situación cambia cuando la cuenta tiene comisiones, pero no saldo. Según el Código de Buenas Prácticas Bancarias, el banco no puede cobrar una comisión y generar otra a la vez, es decir, que no podríamos entrar en descubierto.

Especial atención a las cuentas asociadas

Uno de los casos en los que se suelen olvidar más cuentas es cuando esa solo servia de instrumento para pagar las cuotas de un préstamo o una hipoteca o vinculada a un depósito bancario, es decir, las cuentas asociadas. Cuando finaliza el contrato del producto, la cuenta no se cancela automáticamente, a diferencia del otro.

Además, estas cuentas tienen la característica de que son gratis siempre que solo se utilicen para acceder al otro producto, y no se realice ningún otro movimiento con ellas. Si se pierde esta condición, puede dejar también de ser gratuita.