Varias entidades bancarias de Estados Unidos y Reino informaron a comienzos de febrero que prohíben a sus clientes comprar Bitcoins o cualquier criptomoneda con tarjetas de crédito, una prohibición que entró en vigor ipso facto. Primero fue el banco británico Lloyds Banking Group  y le siguieron los estadounidenses JP Morgan Chase, Bank of America, Citi y Capital One. Esta medida está siendo seguida de cerca por los bancos españoles mientras analizan qué porcentajes de sus clientes han utilizado este método de financiación para comprar criptomonedas.

Los riesgos de invertir con tarjetas de crédito

El principal problema de invertir con dinero a crédito, como sería comprar Bitcoins con una tarjeta de crédito, es que estamos “apostando” dinero que no es nuestro y que deberemos reembolsar en un plazo determinado. Como el Bitcoin en particular es una inversión de un bien intangible, no regulada y muy volátil (en apenas tres meses ha pasado de 20.000 a 6.000 euros), los riesgos a que cotice a la baja y los inversores pierdan su dinero son altos. Si a esto unimos que además tenemos que reembolsar al banco el dinero perdido, nos encontramos con un doble problema.

Es por esta razón que las entidades quieren evitar que sus clientes se endeuden para invertir en un producto tan variante y han tomado la decisión de prohibir la compra de Bitcoins con sus tarjetas de crédito, aunque por ahora no han delimitado la compra con las tarjetas de débito.

Cómo invertir de manera segura

Invertir, por definición, nunca es seguro. Aunque existen inversiones más seguras que otras o garantizadas por algún organismo oficial (como en el caso de los depósitos, que están asegurados por el Fondo de Garantía de Depósitos), siempre hay un mínimo de riesgo que debemos asumir a la hora de invertir.

Por esta razón, antes de colocar nuestro dinero en un producto u otro siempre debemos estar completamente seguros de que conocemos el funcionamiento y los riesgos de cada producto, esto nos permitirá decidir qué tipos de productos de inversión contratar. Además, también debemos conocer nuestro perfil como inversores, es decir, saber qué riesgo estamos dispuestos a asumir. Mientras más riesgo, más altas serán las rentabilidades que podremos obtener, aunque también las posibilidades de perder la inversión.

Otra medida aconsejable es realizar una diversificación del dinero invertido e ir alternando entre productos con poco riesgo que ofrecen rentabilidades más bajas con productos con más riesgo y con una posibilidad de ganancias mayor.

Por último, y no por ello menos importante, es imprescindible invertir dinero que estamos dispuestos a perder. Como hemos dicho, invertir siempre conlleva un riesgo y al hacerlo, según qué producto, debemos ser conscientes de que existe la posibilidad de que la inversión no salga como nosotros deseamos y perdamos dinero. Por esta razón, realizar inversiones a crédito, con dinero que debemos devolver en un plazo determinado y pagando un interés, nunca es una buena idea.