Muchas chicas y chicos jóvenes abandonan en verano sus casas para pasar unas semanas en el extranjero, normalmente con el objetivo de mejorar su inglés y tener una primera experiencia lejos de casa por un tiempo prolongado. Estas actividades tienen un coste elevado que incluye la estancia, las comidas, las clases y el transporte, pero más allá de eso hay que afrontar otros gastos personales del día a día. Es ahí cuando surge la pregunta: ¿qué tarjeta tendría que llevar durante el viaje? Este artículo va dirigido a todos los padres y los propios jóvenes que se hacen esa pregunta. Aquí van tres posibilidades.

Una tarjeta de débito propia

Muchas entidades ofrecen cuentas especiales para menores de edad. Estas tienen una ventaja, y es que deben estar autorizadas por un adulto, lo que permite a los padres llevar un control de los gastos del menor con la tarjeta de débito que asociemos a la cuenta.

¿Quién dispone de productos de este tipo? Por ejemplo, Abanca. Su Tarjeta Tú NX está destinada a jóvenes de a partir de 12 años y tiene algunas características muy interesantes para viajar al extranjero con ella: permite sacar efectivo gratis cinco veces al mes y no cobra comisiones por cambio de divisa. La Tarjeta Tú NX de Abanca está asociada a la Cuenta Clara del banco.

Abre la Cuenta Clara de Abanca

Es importante saber cuáles son las características de las cuentas vinculadas porque, en ocasiones, las destinadas a los menores solo son de ahorro, es decir, no permiten utilizar el dinero que hay en ellas por medio de una tarjeta.

Tarjeta prepago

La segunda opción que apuntamos es la de la tarjeta prepago. Esta funciona de forma muy sencilla: solo se puede gastar el dinero que se le carga, de esta forma se evitan malos usos y posibles fraudes.

Para disfrutar de esta vía hay dos alternativas. La primera, contratar una de forma individual (hay varias en el mercado). La segunda, solicitar una vinculada a alguna entidad, como por ejemplo la de la Cuenta 123 Mini de Santander, que tiene una rentabilidad del 3% TAE y ofrece una tarjeta prepago gratuita.

Tarjeta de débito asociada a una cuenta de un adulto

La tercera y última opción es la posibilidad de hacer un duplicado de la propia tarjeta del titular de la cuenta, es decir, del adulto. De esta forma el menor de edad podrá utilizar los fondos de la misma. Eso sí, debemos tener en cuenta que, de esta forma, el autorizado podrá acceder a todo el dinero que haya en la cuenta.

No obstante, esta no es una posibilidad que ofrezcan todos los bancos. Por eso es importante planificar estas cuestiones relativas a un posible viaje con cierta antelación. Así, en el caso de que esta opción no fuera viable, habría tiempo para buscar una alternativa.

Al mismo tiempo, es fundamental explicar al menor los funcionamientos básicos de las tarjetas de débito y de cualquier tipo para que sea consciente de cómo deben utilizarse y la responsabilidad que conlleva su uso.