Como dice la célebre canción de Megalo, “¡el verano ya llegó!”. Y esta época suele venir acompañada de un buen número de gastos: las vacaciones, las rebajas de julio, las actividades veraniegas de los niños, las salidas nocturnas…
Es más que probable que tu banco, que sabe que en esta época se gasta mucho dinero, te haya ofrecido un préstamo preconcedido para que fracciones el pago de todos tus proyectos veraniegos. Se trata de un crédito que ya está aprobado de antemano por tu entidad y que se te ingresará automáticamente en tu cuenta si aceptas la oferta. Pero ¿es buena idea contratar estos productos? Te damos las claves:
1. Valora si realmente necesitas financiación
Nuestro primer consejo es que valores si es necesario contratar ese crédito preaprobado para financiar tus gastos propios del verano. Parece una recomendación muy básica, pero nunca está de más recordarla.
Por norma general, no es una buena idea endeudarse para fraccionar gastos que no son imprescindibles. Y está claro que muchos proyectos veraniegos no son realmente indispensables: irse de vacaciones, comprar durante las rebajas del mes de julio… Teniendo en cuenta la mala situación económica actual que vivimos por culpa de la inflación, no parece aconsejable gastar más dinero de la cuenta, aunque cuentes con la ayuda de un préstamo.
Ahora bien, si quieres darte un capricho porque crees que lo mereces o piensas que tus gastos sí son necesarios, tampoco vamos a prohibirte que contrates un préstamo preconcedido. En este caso, eso sí, asegúrate de poder devolverlo sin problemas. Solo debes endeudarte si tienes un trabajo estable y cobras unos ingresos suficientes para pagar las cuotas.
Las cuotas del préstamo que contrates y de tus otras deudas no deben superar el 35% de tus ingresos mensuales netos.
2. Lee bien la ‘letra pequeña’ del préstamo preconcedido
Nuestra segunda recomendación es que revises bien las condiciones del crédito antes de contratarlo. Los préstamos preconcedidos son muy fáciles de conseguir: solo hay que indicar al banco cuánto dinero debe ingresarte y en cuánto tiempo lo devolverás (dentro del rango que te ofrezca) y dar el ok a sus condiciones. Pero su comodidad es un arma de doble filo, porque es posible que el banco te cuele gastos con los que no contabas.
Para que no se te pase ningún gasto ni condición, te aconsejamos revisar lo siguiente:
- El importe mínimo y máximo. Es muy importante saber cuánto dinero te ofrece el banco, porque así evitarás pedir más de lo que realmente necesitas. Recuerda que cuanto mayor sea el importe, más pagarás en intereses, porque se calcularán sobre una cantidad más alta.
- El plazo de devolución. También debes revisar el tiempo mínimo y máximo que tendrás para reembolsar el préstamo. Ten en cuenta que no te conviene devolver el dinero en un plazo más largo de la cuenta, porque se generarán más intereses y pagarás más.
- El tipo de interés nominal o TIN. Es el interés del préstamo, es decir, lo que el banco te cobrará por prestarte su dinero. Cuanto más bajo sea, mejor, porque así pagarás unas cuotas más baratas.
- Las comisiones. Son cargos que el banco puede cobrarte por concederte el préstamo (apertura), por devolverlo antes de tiempo (amortización anticipada)… Lo ideal es que el crédito que contrates no tenga ninguna comisión.
- Los seguros asociados. Hay bancos que intentarán colarte seguros de vida o de protección de pagos asociados al préstamo. Nuestro consejo es que los rechaces, porque son productos que te costarán dinero.
Todas estas condiciones las encontrarás en la página web o aplicación desde la que contrates el crédito preaprobado. Si te lo ofrecen por teléfono o en tu oficina, exige al agente bancario que te explique las características del préstamo, porque muchas veces se les “olvida”.
3. Compáralo con créditos de otras financieras
Cuando ya tengas claras las condiciones del préstamo preconcedido que te ofrece el banco, te recomendamos compararlas con las de los créditos de otras financieras. Para ello, tendrás que pedir financiación a otras entidades y esperar una semana o dos para que te hagan una oferta.
Si te fijas en la tasa anual equivalente o TAE, sabrás rápidamente si el crédito de otra financiera es más barato que el préstamo que te ofrece tu banco. La TAE es un porcentaje que tiene en cuenta todos los gastos de estos productos: el interés, las comisiones, los seguros… Es decir, que cuanto menor sea la TAE de un crédito, más barato saldrá.
Por ejemplo, las siguientes financieras conceden préstamos que pueden ser más baratos que el preconcedido de tu banco:
- Préstamo WiZink de WiZink: tiene un interés desde el 4,50% TIN (4,59% TAE).
- Préstamo Personal de Cofidis: su interés es desde el 4,95% TIN (5,06% TAE).
- Préstamo Personal de Bank Norwegian: cuenta con un interés desde el 5,99% TIN (6,13% TAE).
Si estas u otras entidades te ofrecen un mejor precio, podrás conseguir financiación más barata que la que te ofrece tu banco. Y si el préstamo preaprobado tiene unas condiciones más atractivas, podrás aceptar la oferta de tu entidad con la seguridad de contratar un buen crédito.
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