Habitualmente, la TAE (Tasa Anual Equivalente) ha sido un indicador muy usado (y publicitado) para conocer el precio de una hipoteca. Sin embargo, si bien es cierto que incluye muchos factores, también tiene algunas limitaciones. Por este motivo, aunque sea útil para tener una idea general, si queremos ahorrar dinero, al comparar hipotecas debemos fijarnos en otra serie de elementos que conforman un préstamo hipotecario y que se nos mostrarán al usar un comparador.
El interés, el indicador básico para comparar hipotecas
Uno de los aspectos principales en los que debemos fijarnos a la hora de contraponer las características de los préstamos hipotecarios es el interés, un indicador que nos muestra cuánto ganará el banco por prestarnos el dinero.
Según el tipo de interés podemos diferenciar entre préstamos hipotecarios fijos, variables y mixtos y, si bien es cierto que en los primeros la TAE puede ser de gran utilidad a la hora de comparar hipotecas, en el resto no lo es tanto.
Esto se debe a que tanto las hipotecas variables como las mixtas pueden variar su interés en función del valor del índice de referencia que haya en cada momento. Así pues, si usamos la TAE para comparar hipotecas variables, puede que el índice de referencia que hayan usado sea de dos momentos diferentes. Sin embargo, si nos fijamos en el interés, este se nos mostrará desglosado (con el euríbor más un diferencial fijo), por lo que con comparar la parte fija sabremos cuál es más barato.
Contrastar las condiciones de las hipotecas, también en cuanto a comisiones
Otro punto en el que fijarnos a la hora de contraponer las características de los préstamos hipotecarios es en las comisiones. En este sentido, la TAE solo contempla si una hipoteca tiene o no comisión de apertura. Esto se debe a que es la única que pagaremos seguro, mientras que el resto dependerán de las operaciones que hagamos.
Sin embargo, si somos personas que tenemos capacidad de ahorro y pensamos que en un futuro podremos cancelar parte del préstamo y así pagar menos intereses, deberemos evitar las penalizaciones por amortización anticipada.
Del mismo modo, si pensamos que en un futuro querremos cambiar de banco nuestra hipoteca mediante una subrogación o hacer una novación para modificar las condiciones de nuestro contrato, también deberemos procurar no tener estas comisiones.
La vinculación puede determinar el encarecimiento de nuestro préstamo hipotecario
El tercer factor que debemos tener presente puede encarecer notablemente nuestro préstamo hipotecario y, sin embargo, al contrastar las condiciones de las hipotecas no siempre se tiene en cuenta. Se trata de la vinculación: productos que, por contratarlos, el banco nos ofrece un interés más bajo.
En este caso la TAE no siempre incluye los mismos productos (ya que dependerá de lo que requiera cada banco). Además, aún en el caso de que coincidan, no siempre son comparables, puesto que, por ejemplo en el caso de los seguros de vida, su importe variará en función de la persona. De este modo, si dos entidades han escogido perfiles diferentes, el precio de sus seguros no servirá para comparar las hipotecas.
Por otra parte, ciertas vinculaciones obligan a hacer un consumo o una aportación mínima en un tiempo determinado, como pueden ser las tarjetas de créditos o los planes de pensiones. Este gasto tampoco está contemplado en la TAE.
Así pues, lo ideal es que solicitemos el detalle del coste de estos productos y calculemos cuanto pagaremos por nuestra hipoteca, tanto mes a mes como en total. Para hacerlo podemos usar herramientas como la calculadora de hipotecas de HelpMyCash.com.
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