¿Quién no ha soñado alguna vez con ganar la Lotería? Unos pocos afortunados harán su sueño realidad el próximo 22 de diciembre. Este año, los ganadores del Gordo de la Lotería de Navidad se llevarán a casa 400.000 euros por décimo. Una cifra que da para mucho.

¿Qué harías con el premio si te tocase a ti? La respuesta clásica suele ser tapar agujeros y uno de los agujeros más profundos suele ser la hipoteca, pero no es lo único que se puede hacer con el Gordo. De hecho, no todos los españoles tienen deudas y no todos los que las tienen deciden usar el premio para liquidarlas, algunos prefieren invertirlo.

En cualquier caso, conviene pensarlo con calma y no tomar decisiones precipitadas, sobre todo si implican un gran riesgo. Una posible estrategia es guardar el dinero inicialmente en un depósito o en una cuenta remunerada y tomarse unos meses para decidir qué hacer con el premio.

Comprar una vivienda

Una de las opciones es comprar una vivienda como instrumento de inversión. El precio de la vivienda ha subido este año notablemente y los expertos apuntan que lo seguirá haciendo el año que viene, por lo que el activo podría revalorizarse en el futuro y venderse por un precio superior. Además, la compra de una vivienda para alquiler está dando una rentabilidad media a los propietarios del 6,6%, aunque varía mucho en función de la ubicación, de acuerdo con un informe de Metrovacesa.

Otra posibilidad es comprar una vivienda habitual para residir en ella y dejar de pagar un alquiler. En muchos lugares, el precio de los alquileres supera al de las hipotecas, por lo que invertir en vivienda habitual puede ser una solución para ahorrar.

Además, ahora mismo las hipotecas nuevas son más baratas que hace un año gracias a las bajadas de tipos del Banco Central Europeo. Se pueden firmar hipotecas fijas con un tipo de alrededor del 2,50% y variables con un diferencial de menos del 0,50%.

Cancelar la hipoteca

Mientras algunos sueñan con comprarse una vivienda, otros fantasean con quitarse la hipoteca de encima. Los ganadores del Gordo podrán hacer realidad su sueño.

Cancelar una hipoteca, sobre todo durante la primera mitad del préstamo, puede suponer un ahorro considerable. Un propietario que, por ejemplo, haya contratado hace cinco años una hipoteca a treinta años de 150.000 euros con un tipo fijo del 2,50% acabará pagando más de 63.000 euros en intereses, pero si devuelve todo el dinero ahora, se ahorrará más de 45.000 euros.

Eso sí, antes de cancelar, conviene revisar si el banco va a cobrar una comisión por amortizar anticipadamente el préstamo.

Sin embargo, amortizar la hipoteca si ya se ha pagado la mayor parte es otro tema. En ese caso, la mayoría de los intereses ya se han abonado, por lo que puede ser más rentable invertir el dinero y continuar desgravando las cuotas en el caso de tener derecho a ello.

La fórmula es sencilla: ¿podemos ganar más invirtiendo el dinero de lo que pagamos en intereses con la hipoteca? Si la respuesta es afirmativa, es una opción a tener en cuenta.

Invertir el premio

Otra opción es ahorrar el dinero o invertirlo. Eso sí, siempre sabiendo a dónde va a parar el premio. Nunca debemos invertir en nada que no entendamos, ni siquiera aunque nos lo recomiende nuestro banco. No olvidemos que los bancos intentarán colocarnos los productos que les interesen a ellos. Por otra parte, tampoco debemos fiarnos de supuestas ideas de inversión hiperrentables que encontremos en redes sociales; pueden ser una estafa.

Antes de invertir, es importante entender y, sobre todo, valorar el riesgo de la operación. Una forma sencilla de sacarle rentabilidad al Gordo sin apenas riesgo es contratar un depósito o varios (el Fondo de Garantía de Depósitos protege hasta 100.000 euros por cliente en cada banco, por lo que si el premio supera esa cantidad, conviene repartirlo en varias entidades).

Los mejores depósitos bancarios se mueven alrededor del 3% TAE, es decir, la rentabilidad es superior a la inflación. Eso significa que, en un año, se podrían ganar 3.000 euros brutos por cada 100.000 invertidos.

Los fondos monetarios o la deuda pública también son opciones de inversión con poco riesgo, aunque no son comparables a los depósitos, ya que estos últimos tienen el capital garantizado.

Los más aventureros también pueden valorar la posibilidad de entrar en bolsa o de contratar un fondo indexado, por ejemplo, al S&P 500, un índice estadounidense que en lo que va de año se ha revalorizado un 28%. Este tipo de inversiones entrañan mucho más riesgo, por lo que no es ideal invertir todo el dinero aquí, sino repartirlo para cubrirse las espaldas. De hecho, una de las claves para invertir es diversificar.