Cada vez encontramos más ofertas de subrogación, es decir, propuestas para cambiar nuestra hipoteca de banco para mejorar el tipo de interés y pagar menos. Ahora bien, ¿en qué casos vale más la pena hacer esa operación? ¿Y cómo podemos calcular cuánto dinero nos ahorraríamos gracias a este traslado? En este artículo resolvemos ambas cuestiones y mostramos varias herramientas gratuitas que nos ayudarán a aclarar otras dudas.
Caso 1: subrogar una hipoteca firmada entre 2010 y 2015
Los que pueden ahorrar más al cambiar su hipoteca de banco son, probablemente, los que contrataron su préstamo entre 2010 y 2015. En esa época, el interés ofrecido por las entidades financieras era notablemente elevado, con diferenciales que superaban el 1,5% o incluso el 2%. Con un traslado, en cambio, podríamos conseguir un diferencial por debajo del 1%, lo que reduciría mucho nuestras cuotas.
Además, podríamos aprovechar la subrogación para recortar el plazo de reembolso, algo que nos ayudaría a ahorrar todavía más en intereses. También sería recomendable trasladarnos a un banco que nos exija menos vinculación para conseguir el mejor interés, pues así pagaríamos menos en productos combinados.
Si queremos saber cuánto dejaríamos de pagar en intereses gracias a esta operación, podemos usar la siguiente calculadora gratuita de HelpMyCash.com. Con esta herramienta también podremos contactar con intermediarios que nos pondrán en contacto con varios bancos:
Caso 2: irte a otro banco si aún te queda más de la mitad del plazo
Sea cual sea el año de la firma, lo ideal es subrogar el préstamo antes de llegar a la mitad del plazo. En España, la mayor parte de los intereses de las hipotecas se pagan durante los primeros años (sistema francés), así que cuanto antes nos cambiemos de banco, más podremos ahorrar.
Es posible, sin embargo, que el banco nos cobre una comisión de subrogación mayor si decidimos trasladarnos en los primeros años y que eso nos cohíba. En estos casos, hay que decir que es muy probable que el ahorro en intereses compense de sobras ese sobrecoste, así que seguiría saliendo más a cuenta.
Puedes consultar aquí la evolución de las comisiones por cancelación subrogatoria.
Caso 3: hacer una subrogación si el banco no te ha tratado bien
Para terminar, la subrogación también puede ser conveniente si no estamos satisfechos con el trato que nos ha dado nuestro banco actual a lo largo de los años. Veamos qué situaciones podrían explicar ese descontento:
- Si no nos quiere mejorar las condiciones: en caso de que la entidad no quiera adaptar nuestro préstamo a las actuales condiciones del mercado, podemos irnos a otro banco que sí lo haga.
- Si nos incluyó una cláusula peligrosa como el suelo o el IRPH: en ese caso, lo más conveniente será trasladarnos a un banco que nos quite esas cláusulas.
Si conseguimos varias ofertas de subrogación, además, es posible que nuestra entidad no nos quiera perder como clientes y nos presente una contraoferta. Por lo tanto, esta operación también nos puede servir para forzar al banco a aceptar nuestras exigencias, aunque la decisión de quedarnos o irnos siempre dependerá de nosotros.
¿Tienes más dudas sobre esta operación? En nuestra guía gratuita sobre subrogar la hipoteca las resolvemos todas:
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