Hubo un momento en el que todo el mundo pronunciaba la palabra ‘metrosexual’. Hoy, rara vez la escuchamos y los pocos que la utilizan ya casi disfrutan de la jubilación. Fue una moda que se desvaneció como tantas, aunque hay otras que llegan para quedarse. Es el caso de los préstamos verdes, una financiación que es tendencia en el panorama bancario actual y cuya longevidad apunta a superar, por mucho, la de aquella palabra que servía para definir a los hombres que cuidan su cuerpo. Repasamos tres elementos que sostienen las buenas perspectivas para la financiación sostenible.
El futuro del transporte conduce a los préstamos verdes
Son muchas las señales que indican un cambio en la forma en la que nos desplazamos. El carsharing o el renting son ejemplos de ello. Otro dato relativo a ello es la constante bajada en la venta de vehículos diésel y gasolina. Acumulan 13 meses de caída interanual y no parece que la tendencia vaya a cambiar.
En este contexto quien puede salir beneficiado son los coches eléctricos. De hecho, un informe recién publicado por la Asociación de empresas de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc) prevé que este tipo de vehículos supondrán el 30% o el 35% de las ventas totales en España en el año 2025. Más coches eléctricos, más opciones de que crezcan los préstamos verdes.
Europa como espejo
En esas cifras ya está algún país del continente europeo. En el primer semestre de 2018, en Noruega los eléctricos llegaron a suponer el 40% de las adquisiciones, tal y como indican datos de la Asociación de Productores Europeos de Automóviles (ACEA por sus siglas en inglés). En este aspecto las ayudas estatales son fundamentales para valorar la penetración en el mercado de este tipo de coches.
En España, los planes que se han lanzado no han tenido la periodicidad ni la dotación suficiente para que se produzcan los cambios deseados. De ahí que, según esas mismas estadísticas, España esté por debajo de la media de los países de Europa en cuanto al porcentaje de compras de vehículos eléctricos respecto al total. Eso sí, en los últimos meses han aparecido datos que indican que el crecimiento de España es el más alto, aunque esas cifras tienen truco, ya que se comparan con las del año pasado, momento en que estás eran muy bajas. Es algo positivo, pero hay que tomarlo con cautela.
Los bancos se pasan al verde
La última prueba que pone de manifiesto la buena salud de los préstamos verdes y la financiación ecológica en general es el constante crecimiento de las acciones bancarias enfocadas a este fin. Todos los grandes bancos (Santander, BBVA, Caixabank, Bankia y Sabadell) disponen de préstamos dedicados a finalidades ecológicas -coches o reformas sostenibles- o bien financian y ayudan a proyectos que persiguen una mayor eficiencia energética.
La financiación más barata
Que los préstamos verdes crezcan es una buena noticia para los usuarios, más que nada porque estamos hablando de una de las financiaciones más baratas. Casi todas las entidades disponen de ofertas especiales para este tipo de créditos. Es el caso, por ejemplo, de Cetelem: su Préstamo EcoAuto tiene un interés que parte del 4,95% TIN (5,06% TAE) y permite solicitar desde 4.000 hasta 60.000 euros para devolverlo en un máximo de 8 años.
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