Como diría la vecina rubia, contratar un intermediario financiero es de guapas. Si bien es cierto que todavía no se han ganado la confianza de los españoles, estos profesionales ya empiezan a asociarse como un servicio para clientes premium. Y es que, lejos de representar la última esperanza para firma una hipoteca, son cada vez más los que valoran positivamente sus servicios y deciden pagar por ellos. En este artículo expondremos tres motivos que podrían animarnos a conseguir financiación con la ayuda de un bróker.
1. El intermediario financiero te dirá si trabaja para algún banco
Si el bróker hipotecario no es independiente, es decir, está ligado a una o más entidades, nos lo deberá comunicar antes de firmar el contrato de intermediación. Que trabaje para algún banco no tiene porqué ser necesariamente un aspecto negativo, pues si esta entidad tuviera buenos préstamos, tendríamos mayores posibilidades de conseguir mejores condiciones o incluso firmar una hipoteca al 100%.
En el caso de que fuera independiente, este estaría obligado a presentarnos al menos tres ofertas vinculantes de diferentes entidades y estaría en su derecho de cobrarnos por la mediación. Con la llegada de los brókeres hipotecarios online la oferta es muy competitiva y existen opciones por menos de mil euros e incluso gratuitas.
¡ATENCIÓN! Si el intermediario financiero trabaja para alguna entidad en concreto, no podrá cobrarnos nada por los servicios prestados.
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2. Tú decides si aceptas las condiciones de la intermediación
Citarnos con un bróker hipotecario no nos obligará necesariamente a contratar sus servicios. Como en cualquier otro campo, curiosear sobre las condiciones de la intermediación será la mejor forma de conocer de primera mano cuál es el trato que ofrecen y cuál sería el coste de su ayuda.
Antes de firmar nada, es esencial estar seguros de lo que estamos aceptando. En el caso del contrato de intermediación, deberíamos fijarnos principalmente en los siguientes dos aspectos:
- Verificar a cuánto ascienden los honorarios y negociar si cabe. Si el intermediario es independiente, podrá cobrarnos por sus servicios y en el contrato deberá aparece la cuota fija o el porcentaje sobre el capital de la hipoteca que nos exigirá. Además, podríamos aprovechar este espacio previo a la firma para intentar rebajar la comisión si no se trata de un precio cerrado.
- Revisar si existe alguna cláusula que no entendamos. Aunque la ley les obliga a aplicar el criterio de transparencia, podría ser que algún intermediario financiero no lo respetara. Para evitarlo, lo mejor sería que preguntáramos hasta estar seguros de comprender todas y cada una de las partes del documento.
¡ATENCIÓN! Si firmáramos el contrato y quisiéramos desistir, tendríamos un periodo legal de 14 días para hacerlo y sin ninguna penalización.
3. Sólo pagarás si firmas tu hipoteca
Una de las grandes ventajas de contratar un intermediario financiero es la tranquilidad de no pagar hasta el final. Una vez le presentemos nuestro perfil financiero y aportemos los datos del inmueble que queremos adquirir, el bróker hipotecario empezará a hacer su trabajo sin cobrarnos ni un euro.
Si bien es cierto que este profesional necesitará la tasación de la vivienda, este será el único gasto que deberemos asumir hasta conseguir la financiación que buscamos. Este condicionante inspira mucha confianza, porque si finalmente no nos interesara ninguna de las hipotecas que nos ofreciera, podríamos rechazarlas sin haber perdido dinero.
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