Lo que la RAE no te cuenta del significado del verbo ‘financiar’

La Real Academia Española define la palabra financiar como “sufragar los gastos de una actividad, de una obra, etc.” o, en su segunda acepción, “aportar el dinero necesario para una empresa”. Sin lugar a dudas, el concepto que envuelve a este verbo es mucho más amplio que un par de líneas definitorias. Para empezar, el término financiación aúna un amplio mundo de empresas y tipologías, que están a nuestra disposición y nosotros simplemente debemos saber comparar entre todas las ofertas para poder escoger la que más se adapte a nuestras necesidades, así como a esa actividad que queremos realizar. Existen los préstamos personales, los hipotecarios, los peer2peer, loos preconcedidos…

Financiar de diferentes modos

El mercado actual está muy explotado hoy día, lo cual nos da a nosotros como clientes la posibilidad de comparar entre miles de empresas que ofertan diferentes tipos de financiación, como son las líneas de crédito o los préstamos. Y no solo eso, sino que dentro de cada tipología habrá una gran cantidad de ofertas.

Por un lado, las líneas de crédito nos permiten disponer de una cantidad máxima de dinero a lo largo de cierto tiempo. Una de las grandes ventajas es que solo pagaremos intereses por aquellos importes que utilicemos y, además, podremos elegir el método de reembolso entre el diferido a final de mes o el fraccionado a lo largo de varios meses.

Por otro lado, si elegimos financiar un proyecto mediante los préstamos, nos cederán una cantidad de dinero que nosotros deberemos ir devolviendo durante varios meses, junto a unos intereses determinados. Ahora bien, suelen ser mucho más baratos que las líneas de crédito y tendremos el dinero directamente en nuestra cuenta.

Líneas de crédito para expectativas de gastos

Las líneas de crédito suelen materializarse en plásticos rectangulares comúnmente denominados tarjetas de crédito, aunque no siempre tiene por qué ser así. Y son ideales para afrontar temporadas en las que sepamos que vamos a tener una serie de gastos superiores a lo normal. Un ejemplo podría ser un viaje o las fiestas navideñas.

También pueden ser muy útiles para financiar compras elevadas y concretas que realicemos, como puede ser un regalo especial, un electrodoméstico o simplemente ropa para citas especiales. Cada usuario de tarjetas le puede dar el uso que considere necesario, aunque es importante ser siempre conscientes de que, pese a que no estemos gastando nuestro dinero, tendremos que devolverlo con intereses.

Con las tarjetas de crédito, deberemos ir con cuidado porque muchos bancos nos exigen una serie de vinculaciones específicas para expedirlas; pueden ir desde domiciliar nuestra nómina con ellos hasta contratar seguros determinados.

Préstamos de todo tipo a nuestro alcance

Financiar mediante préstamos es mucho más habitual de lo que pensamos. Y, como hemos comentado antes, existe una gran variedad a nuestra disposición y distinta puede ser la manera de agruparlos: por la garantía, por el tipo de entidad que los concede, por la velocidad de tramitación, por las cantidades que ofrece… Tal es la cantidad, que no existe una simple división para aunarlos a todos.

Los más socorridos suelen ser aquellos que tienen una garantía personal, ya que son generalmente menos arriesgados que los hipotecarios, con los que podríamos llegar a perder nuestra vivienda si caemos en un impago. Mostramos, pues, varios de los mejores préstamos personales del mercado:

Aunque pueda parecer que estos préstamos solo son una vía algo extrema para financiar cualquier proyecto, no tiene por qué ser así. Pueden sernos útiles sin estar en un apuro, para diferentes finalidades como irnos de viaje, adquirir un vehículo, iniciar una carrera o curso formativo, reformar nuestro hogar, etc.