¿Sabías que en España hay más tarjetas que habitantes? Concretamente, somos unos 48 millones de personas y hay algo más de 91 millones de tarjetas en circulación, según el Banco de España.

Aunque parezca una cantidad desorbitada, en realidad no es tanto. Salimos a unas dos tarjetas por persona si quitamos de la ecuación a los menores de edad.

Sin embargo, aunque visto con perspectiva no sean tantas tarjetas, su impacto ambiental es considerable. Hace poco escribí un artículo sobre cómo reciclar una tarjeta estropeada (resumen: nunca la tires al contenedor amarillo) y me di cuenta de que, tomando como referencia un peso medio de cinco gramos por tarjeta, en España hay 455 toneladas de plástico circulando, que, por cierto, puede tardar siglos en desaparecer.

De acuerdo con la empresa francesa Thales, la cantidad de plástico utilizada cada año para fabricar tarjetas en todo el mundo equivale al peso de 95 aviones Boeing 747.

La mayoría de las tarjetas son de PVC

La huella ambiental de las tarjetas es alta. Muchas están fabricadas con PVC, que contiene cloro, y otros materiales como cadmio, tintas nocivas para el medioambiente…

Un análisis publicado a finales de 2022 por ABI Research afirma que «las tarjetas fabricadas con PVC representan el 87% de los más de 3 mil millones de tarjetas de pago entregadas en todo el mundo». El estudio señala que el PVC está considerado como uno de los plásticos más nocivos. Al fabricar estas tarjetas, se liberan contaminantes en el aire que dañan desde el agua que bebemos hasta la capa de ozono, aclara el informe.

Algunos fabricantes de tarjetas se han puesto las pilas para disminuir la huella ambiental de sus tarjetas eligiendo materiales menos dañinos para el medioambiente como el PVC reciclado, el ácido poliláctico (PLA) o el plástico recuperado del océano.

Gráfico con el número de tarjetas fabricadas con materiales reciclados

Evita las tarjetas de PVC

En España ya tenemos muchos ejemplos de tarjetas fabricadas con materiales alternativos. BBVA, por ejemplo, fabrica sus tarjetas Aqua con PVC reciclado. Unicaja e Ibercaja también usan este material.

Banco Mediolanum ha optado por el PLA, un material biodegradable, para reducir en un 80% el uso de otros materiales en sus tarjetas. Las tarjetas de la entidad están compuestas por un 82% de PLA.

El año pasado, imagin lanzó una serie de 20.000 unidades de la tarjeta MyCard fabricada en un 60% con plásticos recuperados de costas y océanos, mientras que el 40% restante era plástico reciclado.

Calcula tu huella de carbono

Algunas entidades han lanzado también calculadoras para que puedas comprobar cuál es tu huella de carbono cada vez que usas tu tarjeta. Cuando haces una compra, de forma indirecta, generas gases de efecto invernadero. Banco Santander te permite calcular cuál es tu huella de carbono en función de dónde uses tus tarjetas y de tus recibos domiciliados.

Usa tarjetas virtuales

En cualquier caso, nada reduce más la huella ambiental de las tarjetas que no fabricarlas. Y ahora esto es posible, gracias a la digitalización. En lugar de usar una tarjeta de plástico, puedes usar una tarjeta virtual.

El problema es que a la que te pones a buscar, te das cuenta de que la mayoría de las tarjetas virtuales que comercializan los bancos españoles son de prepago. Si quieres una de débito o una de crédito, la cosa se complica.

Nosotros hemos contabilizado cinco entidades con tarjetas de débito o de crédito virtuales. Pero hay otro problema añadido: incluso en estos bancos, algunos no te dejan escoger en el momento del alta esta modalidad, por lo que te acaban enviando igualmente una tarjeta física y, si quieres, puedes contratar también una virtual, así que el problema no desaparece.

N26 es uno de los pocos bancos que, de primeras, entrega una tarjeta de débito virtual gratuita a sus clientes, que pueden usar con Apple Pay o Google Pay. Si quieren, también pueden pagar 10 euros para recibir una tarjeta física. La cuenta estándar no tiene comisiones ni condiciones y, entre otras ventajas, permite sacar dinero gratis tres veces al mes en cualquier cajero de la eurozona o pagar en otras divisas sin comisiones.

Abre una cuenta en N26

 

Otro banco que ha apostado por las tarjetas virtuales es ING. Si abres una Cuenta NoCuenta (sin comisiones y sin nómina), el banco te dará una tarjeta de débito virtual gratis, que puedes vincular a Apple Pay y Google Pay. En este caso, no puedes pedir una tarjeta física, aunque el banco tiene previsto ofrecer esta posibilidad en el futuro. Ahora mismo, si quieres una tarjeta física de ING, tienes que abrir la Cuenta Nómina.

Abre una cuenta en ING

 

Una conversación aparte sería comprobar si esta iniciativa (promover el uso de tarjetas virtuales) responde más a una cuestión financiera que ambiental. Obviamente, si tu banco no te manda una tarjeta física, se ahorra su fabricación, pero, al menos, si tu intención es reducir el uso de plástico, es una alternativa.