La nueva legislación sobre los medios de pago que se ha desarrollado a ámbito europeo ha abierto la puerta de entrada a nuevos actores al mercado financiero. Esto ha obligado a los viejos agentes bancarios a plantearse las nuevas posibilidades competitivas que se les presentan con la llegada de las fintechs. American Express ha parado máquinas para reordenar su estrategia comercial, por lo que ha decidido cortar la emisión tarjetas con los bancos europeos. Aunque sigue manteniendo el vínculo con las entidades gracias a otros servicios que presta como los terminales puntos de venta (TPV).

Santander y CaixaBank anulan sus compromisos para sus tarjetas

El Banco Santander y American Express tenían al 50 % cada uno Bansamex, una filial para emitir y explotar tarjetas de crédito en España. A finales de mayo, Santander decide reorganizar la filial y que American Express Europe se haga cargo de ella. Según los expertos, este ha sido un movimiento para potenciar el uso de las tarjetas propias del Santander en detrimento de las “Amex”. Así como la decisión pretendía aumentar las vinculaciones de sus clientes a través de sus tarjetas. Lo que genera, por consiguiente, una mayor rentabilidad para el grupo. En el Banco Popular (filial del Santander) han hecho algo parecido con la intención de recuperar control sobre su actividad y productos. Así se han firmado acuerdos con otras empresas para retomar el control de sus cajeros automáticos, por ejemplo.

Hace tres días, la Caixa también dejó de emitir tarjetas American Express. Además, no renovará las ya emitidas y ofrecerá a sus clientes otras opciones. Sin embargo, en otros servicios si seguirán teniendo relación. Comercia Global Payments, entidad de CaixaBank que ofrece servicios de cobro (TPV, datáfonos o eCommerce) sí aceptarán el uso de las “Amex”. En este caso, lo perdido tampoco es mucho, pues las tarjetas American Express atraían a un perfil muy VIP (cuota de emisión de entre los 80 y 650 euros) pero que no hacían mucho uso de las mismas. CaixaBank también prefiere aumentar las vinculaciones de sus clientes ofreciendo ventajas a través de sus propias tarjetas.

El Banco Santander ha optado por potenciar su línea 1|2|3 con la que ofrecen numerosas ventajas como una rentabilidad del 3 % TAE a cambio de una comisión de mantenimiento de 3 euros mensualmente. Caixabank, por su parte quiere ofrecer productos y servicios gratis a cambio de vinculaciones, así como está potenciando los nuevos métodos de pago. Por ejemplo, en ImaginBank, la banca online de CaixaBank, los clientes pueden encontrar sticks para pegar en el móvil y pulseras gratis con las que pagar.

Cuenta Ventajas Tarjeta

Cuenta Corriente Imaginbank

  • Sin domiciliar nómina ni ingresos
  • Sin comisiones
  • Operativa mobile
  • Retirada gratis de efectivo en todos los cajeros de CaixaBank y en cualquier banco europeo

Visa Imagin Débito

Cuenta 1|2|3 Santander

  • Rentabilidad de hasta el 3 % TAE sin límite de tiempo
  • Devolución de entre el 1 % y el 3 % de los recibos y gastos del hogar
  • Apta para particulares y autónomos
  • Transferencias y cheques gratis

Tarjeta Crédito Mi Otra 123

La PSD2 impone una drástica rebaja en la tasa interbancaria

Como hemos visto, esta nueva normativa permite la entrada de nuevas compañías que harán la competencia más dura, por lo que los bancos intentan volver a tener el máximo control y ofrecer los mejores servicios del mercado para ganar y mantener clientes. Ya hemos visto dos ejemplos de cómo a American Express le ha afectado esta normativa en Europa, pero hay más.

La segunda Directiva de Servicios de Pago (PSD2) entrará en vigor en septiembre de 2018 y, entre una de sus normas, se recoge una reducción de la tasa interbancaria. Esta es la comisión que se cobran entre sí el banco emisor de la tarjeta y el banco que ha colocado el punto de venta en el comercio. El tope se quiere bajar del 0,7 o 0,6 % al 0,3 o el 0,2 %. Lo que reduciría los ingresos de American Express de manera considerable. Por lo tanto, la estrategia de American Express parece que va a centrarse en unirse a negocios no bancarios como las alianzas que ya tiene con Iberia, Renfe o la cadena de hoteles Meliá y ofrecer tarjetas con programas de fidelización a cambio de descuentos.