La España de bancos sin límite de crédito y usuarios con ganas de financiar casas y productos trajo hace años una crisis que hoy todavía colea. La opinión pública general, y en especial la generación millennial, culpó a la banca tradicional de buena parte de sus males: altas tasas de paro y sueldos bajos, principalmente. Esa animadversión generada hace que atraer a gente de entre 20 y 35 años sea un desafío para los bancos. Sin embargo, parece que estos han encontrado un arma interesante: las tarjetas de crédito que ofrecen financiación especial.
Los millennials desconfían de las tarjetas de crédito
Si en su momento se señaló al exceso de crédito como causante de la crisis, una consecuencia lógica es el recelo hacia la financiación de quienes más han sufrido la recesión. Además, los tiempos han cambiado: hace un tiempo, los jóvenes se marchaban de casa, se casaban y tenían hijos antes. Ahora, ese proceso se ha retrasado. Esa vida invitaba más a solicitar financiación, ya fuera a través de préstamos o mediante tarjetas de crédito.
Actualmente, según un estudio de Bankrate, el 67% de los jóvenes con edades entre 20 y 30 años no tienen tarjetas de crédito por miedo a endeudarse. Ante esta situación, los bancos llevan un tiempo trabajando para recuperar a toda una generación.
Pago fácil: transparencia y gasto contenido
No hay que olvidar que las tarjetas de crédito ofrecen la posibilidad de ser utilizadas casi como las de débito. La única diferencia es que, en lugar de cobrarnos una compra al momento, sería a final de mes cuando nos cargarían todas de golpe. Esto sucedería si tuviéramos activado el pago diferido mensual, que no conlleva ningún coste extra en cuanto a intereses.
Otra de las modalidades de pago típicas de las tarjetas de crédito es la del pago fraccionado. Esta se basa en el reembolso de una cantidad fija o un porcentaje de la deuda contraída cada mes hasta devolver todo el dinero. El problema en este caso es que los intereses son altos: por encima del 20% TAE de media. Por eso, no es buena idea financiar compras con esta modalidad a medio y largo plazo.
Por suerte, hay un híbrido entre ambas alternativas: las tarjetas con pago fácil. Este sistema que ofrecen muchos plásticos permite aplazar el pago de compras concretas en condiciones muy ventajosas, es decir, con un interés menor. Podemos comprobarlo en la siguiente tabla:
Tarjeta | Tarjeta de crédito ON de Bankia | Tarjeta de crédito VISA Oro de ING |
---|---|---|
TIN pago fraccionado | 23,40% | 20% |
TIN pago fácil | Desde el 5,5% hasta el 14% | 14,06% |
Otras ventajas | Hasta un 15% de descuento en Hertz | Devolución del 3% en Galp y Shell |
Me interesa | Contratar | Contratar |
Como vemos, ambas tarjetas ofrecen un interés muy atractivo para financiar compras concretas. Así pues, esta posibilidad permite utilizar una fórmula muy cómoda: mantener el pago diferido mensual, no pagar intereses y solo aplazar compras concretas de importes mayores. Una forma más barata y cómoda que permite hacer uso de la financiación de forma limitada, comprensible y responsable.
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