Al mercado hay que darle tiempo. Aunque algunos especialistas afirmaban que las subidas de tipos de interés no estaban teniendo efecto sobre el inmobiliario, las nuevas estadísticas publicadas por los notarios lo desmienten: las compraventas cayeron un 4,9% interanual en octubre, hasta alcanzar las 54.372 unidades. Por tipos de vivienda, las compraventas de pisos se redujeron un 3,3% interanual, mientras que las viviendas unifamiliares se desplomaron un 9,3%.
Y ¿qué pasa con los precios? De momento, siguen subiendo. Repuntaron un 2,6% interanual en octubre, frente al incremento del 3% que registraron en agosto. De este modo, empiezan a cumplirse las primeras predicciones: caen las transacciones, mientras los precios crecen a un ritmo moderado.
Evolución por comunidades autónomas
Aunque la tendencia general es hacia el enfriamiento del mercado, cinco comunidades autónomas mostraron variaciones positivas en la cantidad de compraventas. Se trata de Asturias, donde las operaciones repuntaron un 10,1% interanual, Comunidad Valenciana (7,8%), Castilla y León (5,1%), Canarias (2,8%) y Galicia (0,7%).
En las trece restantes, las cifras son negativas. País Vasco encabeza las caídas (-14,2%), seguido por Cantabria (-13,5%), Cataluña (-12,7%), Baleares (-11%), Navarra (-9,5%) , Madrid (-9,4%) y Andalucía (-8%).
Los precios, por su parte, subieron en 15 autonomías. El podio es para Aragón (17,2%), seguido por Cantabria (13,1%), Madrid (12,2%), Castilla y León (11,9%) y Galicia (11%). Solo dos comunidades registraron retrocesos: Navarra, con un desplome del 13,6%, y Extremadura (-3%).
¿Qué pasará en 2023?
El mercado está mostrando una tendencia clara hacia la desaceleración y permite anticipar que las compraventas caerán el próximo año. La pregunta es cuánto: los estadistas prevén variaciones negativas de entre el 15% y el 30%. No existe el mismo consenso en cuanto a la evolución de los precios.
Algunos especialistas anticipan un incremento de entre el 1% y el 2% en el valor de la vivienda para 2023; mientras que otros esperan una contracción de entre 1% y 3%. En cualquier caso, los precios no alcanzarán el ritmo de la inflación; por lo que la vivienda será más barata en términos reales.
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