Las dudas se acumulan respecto a la relación de nuestros hijos con los bancos: abrirles una cuenta corriente, darles una tarjeta de débito, contratar una cuenta de ahorro… Según el Informe PISA de 2015 (el último publicado), el conocimiento en competencia financiera de los españoles de 15 años está 12 puntos por debajo de la media de los 15 países analizados (469 frente a 481). China (566) y Bélgica (541) lideraron la lista, mientras que Brasil (393) y Perú (403) la cerraron. Crear una vinculación temprana entre jóvenes y bancos puede favorecer que se estreche la brecha y, sobre todo, que los primeros alcancen la madurez con un mayor dominio de sus finanzas personales.

¿Con qué productos se pueden fortalecer las competencias financieras de los menores?

Como es lógico, los más jóvenes no tienen acceso a toda clase de servicios financieros. Nadie le daría una tarjeta de crédito a un niño o le concedería un préstamo para financiar un iPhone. Hay que empezar por cosas más sencillas.

Desde HelpMyCash.com hemos realizado una investigación de los 14 principales bancos de España para saber qué productos especiales tienen para menores, cómo se pueden usar y cuáles son sus condiciones.

Cuentas

Lo primero que debemos saber es que más del 90% de los bancos tienen entre su cartera de productos cuentas específicas para menores de 18 años. Así pues, no hay excusas para empezar a enseñar a nuestros hijos a cuidar de los pequeños ingresos que tengan. De estas cuentas, nueve son de ahorro, es decir, no se puede utilizar el dinero sino que es para ir guardarlo. Otras cinco son cuentas corriente.

Liberbank dispone tanto de cuenta corriente como de cuenta de ahorro para menores

Esto significa que, como padres, podemos ir explicando el funcionamiento de estos servicios bancarios: para qué sirve una cuenta bancaria, qué significa que tengan una pequeña bonificación, por qué es importante ahorrar… Adaptándonos a la edad y al conocimiento y madurez de nuestro hijo, podemos ayudarle a entender ciertos conceptos. Al mismo tiempo, buscando la mejor alternativa, podemos ayudar a que el dinero de nuestros hijos genere unos intereses eligiendo la mejor cuenta de ahorro.

Tarjetas

Más complejo es el asunto de las tarjetas. Darle una a nuestro hijo o hija supone entregarle una libertad de gasto que conviene controlar. Consecuencia de ello, todas las tarjetas de crédito y débito suelen promocionarse haciendo especial hincapié en la seguridad y la tranquilidad de los padres.

Sin embargo, una chica o un chico de 12, 13 o 14 años que tenga una tarjeta de débito, puede pagar con ella en establecimientos, hacer compras online y sacar dinero de cajeros. Por tanto, es responsabilidad de los padres que quieran ofrecer esa posibilidad a sus hijos explicarles cómo hacer un buen uso de la tarjeta. Otra opción, además de aconsejar, es limitar el gasto u optar por una tarjeta prepago, cuyo desembolso se limita al saldo que haya cargado previamente una persona autorizada, es decir, un adulto.

En este sentido, Openbank es una de las entidades con uno de los productos financieros dedicados a los menores más completo. Cualquiera que sea cliente con una de sus cuentas podrá solicitar la Tarjeta Prepago Open Young. Con su adquisición, tanto padres como hijos pueden descargar una aplicación que servirá a los primeros para controlar gastos y a los segundos para mejorar su manejo del presupuesto disponible, controlar sus movimientos o recibir recompensas según las tareas asignadas por sus padres.

Volviendo al estudio realizado por HelpMyCash.com, de los 14 bancos analizados, 10 dan la posibilidad de que los menores puedan tener una tarjeta, aunque solo como beneficiario. El titular siempre sería un padre o madre  hasta la mayoría de edad. Sin embargo, cabe destacar que de estas posibilidades más de la mitad son las tarjetas de débito habituales, iguales que las de los adultos y que simplemente se pueden conseguir con 12, 14 o 16 años. Por tanto, podemos concluir que los bancos dedican sus esfuerzos en los menores mediante productos de ahorro más que con cuentas corrientes o tarjetas.

La educación financiera, el arma contra la morosidad

El uso correcto de cuentas y tarjetas siendo niños y adolescentes puede suponer un mejor manejo de las finanzas personales como adulto. La educación financiera, entendida como una herramienta que los padres transmiten a sus hijos con la ayuda de los bancos, puede ser una vía para acercar a España a los países con menor morosidad y mayor competencia financiera.